Capítulo 20| Atracción

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"No necesitamos más guerra, pero pierdo la loción del límite"

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Los ojos de Jennie brillaron al ver a Patrick correr de un auto a otro, con ese bolso en manos que ya es conocido por todo el personal.

El rededor ya está cubierto por cámaras y personal de seguridad. No pueden faltar las flores y decoraciones relacionadas con el programa repartidas por cada rincón, mientras las parejas terminamos de cambiar nuestros atuendos para tener la movilidad necesaria.

Hoy en especial el clima se suma a la perfección del ambiente. No estoy segura si es el sol reflejado en su rostro o la emoción que emana, pero Jennie se ve radiante, a pesar de estar enferma. No está congestionada afortunadamente, solo sufre de dolor de cabeza y debilidad muscular, lo cual sí puede afectar nuestra pasadía en el parque de atracciones. De igual forma, le dejaron llevar el cabello en un moño sin accesorios y liviano para su comodidad. Yooa dijo que debía tener cuidado con las atracciones rápidas o que tengan demasiado movimiento, y Jennie hizo una mueca.

Sin embargo, se ve emocionada. Sospecho que la razón de sus cortos saltos de un lado a otro no soy yo.

Me senté junto a Joon mientras el movimiento del staff se calma. Yooa termina de decidirse por los zapatos de Jennie y no puedo evitar reírme cuando la veo caminar de un lado a otro con el mismo par que había sido seleccionado la primera vez. Unos tenis simples color blanco, prácticamente iguales a los míos.

—Parece niñera de serie de televisión.. La pelirroja, ¿has visto ese programa? —Yi Won le dice a Yooa, quejándose del atuendo de Jennie.

—A mí me gusta, es cómodo —Jennie hace lo posible por no volver a cambiar todo.

—Sé lo que hago, trabajo de esto desde antes que tú entraras a la compañía —Yooa le responde ofendida a Won. Él hace una mueca y vuelve a sentarse conmigo, evitando hacer contacto visual conmigo, algo que comienza a molestarme—. Ahora sí, levántense las dos, quiero ver los atuendos juntos.

Fui la única que se levantó en realidad, Jennie no parece querer sentarse desde que llegamos.
Yooa analizó cada pedazo de tela en nuestros cuerpos antes de concluir con su trabajo. Jennie se da media vuelta cuando su estilista está fuera del camino y me muestra su mano.

—Patrick dijo que comenzaríamos a grabar cuando estemos listas.

Su bella sonrisa se hace grande cuando asiento y le pido que nos hagamos a un lado para no grabar al personal mientras hacen su trabajo.
Puedo ver la emoción en sus ojos, pero no es tan obvia como la que transmite con su desesperación por entrar al parque. Todo en ella se ve brillante, y no puedo estar más contenta con eso.

Pasa poco tiempo antes de que las parejas comiencen a esparcirse por el lugar como hormigas, seguidas por una cantidad considerable de personal cargados por cámaras estabilizadas. Listos para el rodaje del segundo episodio de este bello programa.

Y dos horas después, Jennie y yo recorremos el mismo camino que el inicio, buscando la siguiente atracción a la cual entrar. Jennie camina dos pasos frente a mí, no solo porque a mí me agrada ir atrás, sino también porque corre a la primera cosa que le gusta.

Tampoco me quejaría de ver su trasero brincar de aquí a allá todo el día.

—¿Viste a los de rojo en las tazas? —Jennie apunta con una mano aquel juego—. Por favor, por favor, por favor.

—¿Cuándo dije que no?

Jennie paró sus súplicas con una expresión de sorpresa.

—Pero dijiste que no querías la montaña rusa porque es muy rápida —me cuestionó, alzando su barbilla, y con ella su pecho—. Y el juego de las tazas es aún más rápido.

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