Estampado de leopardo

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Vegas estaba acostado en su cama con ambos brazos detrás de su nuca, su mirada perdida en el techo y su mente en blanco. Había regresado del gimnasio hacia solo unos minutos y no tenía ganas de moverse.

Las últimas semanas habían sido alocadas, tenía muchos trabajos y ensayos en la facultad, su vida era una locura. Quien creyese que ser estudiante era sencillo se equivocaba. A eso se le sumaba su rutina de entrenamiento, iba al gimnasio 4 veces por semana para mantener su forma y su cuerpo empezaba a resentirse. Creía que no había nada que pudiese mejorar su estado de ánimo actual.

Por suerte el día siguiente lo tenía libre, una pequeña brecha entre las jornadas sobrecargadas. La puerta se abrió de golpe y él alzo la cabeza sin cambiar de posición. Su compañero de piso Kinn apareció en el marco con una sonrisa en su rostro, sus cabellos húmedos denotaban que había estado en la ducha hasta hace unos momentos.

-¡Hey V!- Su tono voz capto el interés del castaño, sonaba alegre y descansada- iremos a comer afuera con los menores ¿Vienes?

Eso capto la atención de Vegas. Si bien ellos eran cuatro en su piso –incluyendo a Porsche y Pete- solían pasar mucho tiempo con los menores del departamento de al lado, Macao y Porchay. Pasaban tiempo en ambos departamentos, aunque más en el propio, dado que el primo de Porchay era Khun, un tipo medio loco y algo gritón con el que no se llevaba muy bien.

-¿Irán?- Pregunto curioso- ¿Alguien se queda?

-Los menores vienen ambos, Khun dijo que no podía- Sonrió al ver el gesto irritado de su amigo al escuchar el nombre – y Pete dijo que no está de humor, así que supongo se quedara. - Vegas  sonrió acomodándose en la cama- entonces... ¿Vienes?

-no gracias, me quedare en casa, alguien tiene que cuidar a nuestra damita- Kinn lo miro molesto, no le gustaba que el contrario le pusiera esos apodos a Pete.

-que gracioso sos - El nombrado apareció en la puerta con el ceño fruncido, su amigo se hizo a un lado permitiéndole el paso- talentoso y gracioso, si fueses lindo serias un paquete completo- Vegas frunció el ceño mientras Kinn estallaba en una fuerte risa.

-oh Pete, sos genial -Palmeó la espalda de su compañero para luego girarse rumbo a la sala común- háganme el favor y no se maten ¿Sí?- a pesar de la amistad que los cuatro tenían, siempre dudaba que ese par se llevase realmente bien. Se marchó rogando que no terminen en una confrontación esa noche.

El par aun en la habitación escucho los pasos alejarse y se miraron fijamente. Vegas fue el primero en reaccionar, sentado en la cama mientras bajaba sus manos y lo miraba desafiante- Pete...

-come mierda- El pelinegro se giró en dirección al armario dejando al contrario anonadado ¿Qué acababa de decirle? Se puso de pie avanzando hacia este.

-¿Qué... acabas de decirme?

-me escuchaste-Dijo aun dándole la espalda.

-Pete...- Soltó el castaño molesto parándose detrás de él - te prohíbo que me digas así - Este se giró viéndolo sonriente, un tumulto de cosas en sus manos.

-¿Me prohíbes? Tú no puedes prohibirme nada  ¿Lo olvidaste? Soy..."la pequeña damita"- Soltó divertido.

-oh...eso nunca lo olvido.

Vegas lo miro un momento para luego sonreír de lado, ese tipo de sonrisa que al pelinegro se le antojaba pedante. Apretó las prendas contra su pecho y avanzo hacia la puerta procurando no voltear a verlo. Salió cerrando de un portazo, al pasar por el pasillo la voz de Porsche le llegó, se giró para encontrarse con su compañero de frente.

Jugando con fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora