Chat Noir

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adrienagrestebrand

estaré ahí en cinco

Con un último mensaje avisando de su llegada, Adrien dejó su celular sobre el piano. Lo sentía, poco a poco el aire llegando a sus pulmones, la libertad a tan solo unos minutos.

"¿Podrías dejar de verme así?" Podía sentir la pesada mirada de Plaga en su espalda, sabía que lo que hacía estaba mal, su método no era el correcto, pero no podía hacer nada más.

"Solo no quiero que te arrepientas después por lo que vas a hacer, niño..." Plaga le dijo, le miraba directo a los ojos, su voz era seria e incluso había dejado de comer su tan preciado queso.

"¿De qué hablas?" Adrien preguntó, extrañado por las palabras de su kwami.

Pero Plaga no dijo más, solo se dedicó a guardar silencio, el ambiente de un momento se sentía incómodo, el aire era más pesado, el silencio era más fuerte.

Pero eso terminó en cuanto vio su celular brillar con la llegada de una notificación, no necesitó verlo para saber de quién se trataba.

marinettedesigned

está bien

te amo 💜

Ignorando la mirada de Plaga y tomando un profundo respiro leyó el mensaje en pantalla, preparándose mentalmente para lo que iba a hacer. Esa noche Chat ya había hablado con ella sobre un asunto similar, pero ahora era Adrien quién le diría la verdad.

"No habrá nada por lo qué arrepentirse." Vio a Plaga tensarse, su boca hacerse una fina línea, como si se tratara de no decir algo. Ignorándolo una vez más, enunció sus palabras de transformación. "Plaga, garras fuera."

Esto era por el bien de ambos.

No habría nada por lo qué arrepentirse, nada podía salir mal.

.

.

.

Todo estaba saliendo mal.

Desde el momento en el que llegó cayó en cuenta de que era una mala idea; desde el pequeño escalofrío que tuvo al ver que Plaga rechazó el hablar con él cuando aterrizó en el callejón cerca de casa de Marinette hasta el pequeño nudo que sintió en el estómago cuando su aún novia lo recibió en la entrada con un apretado abrazo invitándolo a pasar.

Y supo que Marinette también sentía que algo iba mal desde que se alejó extrañada cuando no le regresó el abrazo, cuando no la llamó "Mari", cuando evitó verla a los ojos y solo la siguió en silencio hasta su habitación.

"¿Y bien? ¿De qué querías hablar, Adrien?" Sin motes cariñosos, directo al grano, viéndolo a los ojos. A veces la percepción de Marinette podía ser muy peligrosa.

De repente Adrien ya no se sintió tan seguro de lo que haría.

"¿Pod-podemos hablar allá afuera? En tu balcón, me refiero." Debido a sus nervios lo único que era capaz de expresar eran tartamudeos.

Con una clara expresión llena de confusión, Marinette aceptó. Agradeció el que no le cuestionara nada, sin embargo, le pidió que esperara unos minutos, debía recoger unas cosas que dejó esa tarde cuando Alya había ido a estudiar.

Adrien sabía que era mentira. Marinette había tenido visitas en la tarde, sí. Pero no fue Alya quién vino y no eran libros lo que en su pequeña terraza se encontraban. En su balcón no había más que mantas, tazas con leves rastros de chocolate caliente y una laptop en donde ella y Chat solían ver películas.

My boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora