Adrien

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El día en el que Marinette confesó finalmente lo que sentía por él, Adrien no pudo creer que alguien como ella gustara de un chico tan sencillo y aburrido como él.

Le tomó unos segundos poder recuperarse del terrible golpe de realidad que se le presentaba en ese momento, por fin comprendiendo todas sus actitudes hacía Adrien; los susurros que a veces escuchaba venir de las chicas detrás de él, las miradas que Marinette le dedicaba cuando creía que nadie más le veía... el poema que recibió el día de San Valentín, entendió que fue ella quien lo escribió y no Ladybug como tontamente había creído.

"Yo... ¿te gusto?" preguntó aún incrédulo. Agradeció el haber seguido la sugerencia de Alya y Nino de que hablaran en privado, estaba seguro de que si alguien escuchara su tonta pregunta le haría voltear los ojos y cuestionarse si tenía algo más en la cabeza que no fueran pensamientos hacía la heroína de París.

Ella no tardó en reafirmar lo que anteriormente había dicho, agregando un, "Sí, me gustas mucho." Con un rostro que sin problemas podía competir contra las luces de un semáforo, pero con una voz que demostraba lo segura que estaba de su decisión. "¿T-te gus-gustaría ir al cine conmigo?" Adrien no pudo evitar pensar que de esa forma se veía increíblemente tierna- sus mejillas rojas, sus ojos fuertemente cerrados, el profundo respiro que tomó antes de invitarlo a salir-le daban un aire de inocencia que nunca vio en alguien más.

Tal vez eso fue el inicio del fin para él.

Si le preguntaran a Adrien porque aceptó salir con ella, él respondería que simplemente lo hizo porque le pareció tierna en ese momento.

Es por eso que sin pensar la tomó por ambas manos que ahora formaban pequeños puños, acariciando sus nudillos esperando que eso de algún modo la relajara, perdiéndose en la sensación de sus manos tan pequeñas contra las suyas. No pudo resistir darles un casto beso justo de la forma en la que Chat Noir lo haría con ella. Sonrió levemente ante el breve pensamiento y procedió a enunciar las palabras que sellarían su condena.

"Si, me gustaría ir contigo al cine."

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Esto estaba mal. Esto estaba muy muy mal.

Adrien estaba jodido. Iba de un lado a otro en su cuarto, repitiéndose lo tonto que había sido una y otra vez, sintiendo el estrés recorrer cada célula de su cuerpo, haciéndole incapaz de entender lo que Plaga le decía.

Había besado a Marinette.

Adrien besó a Marinette.

No sería algo tan malo de no ser porque él no sentía nada romántico por ella, debe decir que lo intentó a lo largo de las dos semanas que llevaban saliendo, pero ciertamente no podía evitar comparar cada acción, cada pequeño gesto, cada palabra con Ladybug. Pudo darse cuenta que ambas tenían demasiado en común, que cuando estaba contando todo lo que inundaba su cabeza respecto a las actividades que su padre le daba, los asuntos sobre su madre- olvidó por un momento que quién estaba delante de él no era su compañera de traje rojo.

Fue por eso que la besó. Esos ojos tan azules como el mar mismo, las pestañas tan largas, las pecas que decoraban suavemente su nariz y mejillas, los labios rellenos y suaves que constantemente inundaban sus sueños.

Todo era perfecto. La besó como siempre había imaginado, se sorprendió un poco a sentirla responder el beso al inicio tan tímida como él, poco a poco subiendo la intensidad, terminando en algo frenético- una de sus manos sobre su cintura, apretándola y acercándola a él, la otra acariciando su pómulo, podía sentir las manos de ella sobre su nuca, acariciando levemente los pequeños cabellos que ahí crecían, tomaba confianza poco a poco y comenzaba a jalarlos con leve fuerza, Adrien se sintió en el cielo por ese momento en el que los labios de ambos chocaron.

My boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora