Cartas de Amor

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El amor no siempre es para todos, no todos pueden aguantar la odisea de estar enamorado, entender los sentimientos de la persona que dice amarte en una tarea difícil de conseguir.

Sobre todo cuando eres alguien que siempre está cambiando, no actúas de la misma forma con todos, pero nos da la misma atención, dudo de su amor, porque tampoco entiendo mis sentimientos, no se actuar frente al él, su forma de querer ha sido un de los misterios más grandes para mi, dice que ama a todo el mundo, como yo lo hago, pero aún no encuentro esa diferencia en nuestra forma de amar.

Amó al infierno que se dispuso a proteger y liderar, trabajando día y noche para darnos paz, la que merecíamos después de tanto tiempo, según los otros demonios, entregó su vida a todos. Yo no ame de la misma forma en que él lo hizo, Iruma-San fue alguien tan extraño.

Tan extraño era que me enamore de él, por esa rareza en su ser, sacrificándose para amar a varios, nunca nos limitó, me decía que si yo amaba a alguien más, estaría feliz de que también me enamorara, que estaba bien no querer estar atado a él, que tenía libertad con quien quería compartir mis sentimientos.

Nunca dudo si de verdad compartía sentimientos con el, siempre fue seguro en cómo decía las cosas, fue en caballero, desde aquel día en que me dio esa carta, antes del festival, que egoísta fue darme una carta de amor antes de que él se enamorara.

O eso es lo que yo pensaba, su alteza actuaba tan extraño, la forma errónea en los latidos de su corazón me impedían entenderlo, así que el tiempo continuó, crecimos y maduramos, y el no.

El tiempo seguía corriendo sobre el Rey, verlo cada día nos mostraba esos pequeños cambios que se observaban, no hasta que Kerori-Chan lo dijo, ella era la que más se ausentaba en las reuniones, que si notaba las arrugas en sus manos, como su caminar ya no era el mismo, el ritmo de su vida ya no era igual a la juventud que él algún día poseía.

Más nunca noté como su trabajo lo absorbía, drenaba su vida con cada día que pasaba, fue egoísta al quedarse trabajos tan pesados, debía de confiar en sus coronas, no fue hasta el final que pude entender porque cargaba con tanto peso.

No pudimos dar el mismo amor que el daba, esmerarse por darlo todo al infierno fue una tarea pesada y agotadora, un es un misterio cómo obtenía tantas fuerzas para seguir haciendo su trabajo, como podía seguir amando algo que seguía lastimándolo, que hizo que cayera sobre una cama.

Pero que ya no tuviera la fuerza para levantarse, no lo impidió de seguir buscándonos, prometió cuidarnos, hacernos felices, a pesar de todo seguía velando por nosotros, tan egoísta.

Los días siguieron pasando, él continuó haciéndonos compañía, aveces nos turnábamos para no dejarlo solo, decidimos que alejarnos de él haría que sufriera, aunque realmente los que estábamos sufriendo éramos nosotros, Seir-San se mantenía con él la mayoría del tiempo, no pude evitar ver cómo otro demonio ajeno a nosotros se enamoraba de su majestad, más nunca revele sus sentimientos, enamorarse no debería de ser una atadura, Iruma-San me amo a su manera, como yo también lo demostré a mi forma, poner espinas en nuestras relaciones podría haber envenenado todo lo que construimos, y aún así sentí celos, celos de como pasaban demasiado tiempo juntos.

Lamentablemente llegó el final que nadie quería enfrentarse, no si antes él entregarnos el tesoro más valioso que tu pareja pueda darte, un pétalo de su planta legendaria, un pétalo de Sakura, suave al tacto y olor primaveral, estaba entregándonos una parte de su alma en estos diminutos pétalos, que nos protegerían hasta el final, también me entregó un sobre, no podíamos abrirlo hasta después.

Al final todos estuvimos con el, nos divertíamos una última vez, disfrutando de la música de Soi, las travesuras de Clara, Asmodeus-san y Amerie-san cuidándolo y por último estábamos Kerori-san y yo, avergonzándolo con nuestro cariño, fue lo mejor que le pudimos ofrecer y puedo estar segura de que él está contento, solo se despidió con un último suspiro y cerró sus ojos para siempre, él ya no iba a estar con nosotros.

Al final el infierno se enteró de la desgarradora noticia, todos lo amaron a su manera, tan cálido y dulce como siempre, también yo leí mi carta, esperando ser abierta en el campo de flores que sembró en Babyls.

"Ix, el amor que pudimos ver crecer siempre permanecerá, con las raíces más fuertes que conozcas, pero también está bien soltar las semillas y plantarse en otro lugar.

Por favor sigue cuidando a aquellos que amas, como tú lo hiciste conmigo, demuestra que el amor no es igual en todos.

Nunca te detengas de amar

Con amor Iruma"

Sus deseos continúan al día de hoy, decidí ser de ayuda a aquellos demonios que necesitaban de amor en su vida, de alguien que los cuidara como él lo hizo con nosotros, pronto me convertí en La guardiana de Corazones, protegiendo a todos y eso me hizo entender que...






















Demostró amarme y eso nunca lo voy a dudar

Iruma sama Donde viven las historias. Descúbrelo ahora