𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐎

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Se sentía como algo prohibido; su familia no la apoyaba, sin embargo tenían que respetar las decisiones de su hija (incluso de mala gana), simplemente no lo comprendían, ¿por qué amar a un maldito mafioso? ¿por qué no veía el peligro a ese matrimonio. Hace mucho que su hija había dejado de vivir con ellos, pero seguían siendo madre y quería ver por el bien de su hija, pero como suelen decir «el amor ciega a las personas ».

El gran día llegó, los nervios estaban a flote, raramente nadie la acompañaba, sus mejores amigas habían aceptado ser damas de honor, pero ninguna estaba con ella dándole ánimos, su madre no aparecía, ni su hermana menor.

Se miró al espejo viendo el hermoso vestido de novia, justo como el que siempre soño; uno esponjoso que la hacía ver como una princesa.

La puerta fue tocada con suavidad, con un simple «pase», aquella persona  entró.

Lo pudo ver por el reflejo del espejo, ojos  azules, cabello rosado y unas cicatrices en los costados de su boca.

—¿Sanzu, verdad?

Realmente no conocía a los compañeros de su futuro esposo, pues realmente a él no le gustaba llevarla a las reuniones, decía que ese ambiente no era para ella, así que era muy poco lo que los conocía.

𝐎𝐍𝐂𝐄 𝐔𝐏𝐎𝐍 𝐀 𝐓𝐈𝐌𝐄 | 𝐻. 𝑆𝑎𝑛𝑧𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora