______ Hashimoto se había casado con Manjiro, quien le termino siendo infiel cuando estaban casados, siendo así que Sanzu decide fugarse con la mujer para liberarla de Mikey, pero en el transcurso de su aventura, Sanzu comienza a enamorarse de ella...
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—¡Suéltame idiota!—grito Sanzu con enojo.
Trato de soltarte un golpe al guardia de seguridad del antro, pero por cuestiones de que estaba muy drogado y ebrio fallo, el otro tipo le soltó un golpe que lo dejó caer al piso. Sanzu soltó un quejido al sentir que le dolía su ojo.
—Deja de venir y llamar a las chicas _____.
Sanzu no dijo nada, simplemente comenzó a sentir sus ojos llenarse de lágrimas, a donde quisiera ver veía a la mujer que más había amado, su corazón se hacía trizas al recordar que desde hace dos meses ella ya no estaba con él.
Dos meses en los que Haruchiyo había tenido al menos una sobredosis que si no fuera porque los Haitani lo encontraron, él estaría muerto.
—¿Señor Akashi?
Sanzu abrió los ojos con dificultad, mirando que era aquel chico llamado Takahiro.
—Oh...eres tu.—murmuro.
—Vamos, levántese, lo llevaré a su casa.
—¿Casa? ¿Qué casa? Ese lugar ya no se siente como mi hogar.—soltó con irritación.
Takahiro suspiró antes de levantarlo y llevarlo a su auto, planeaba llevarlo a su casa.
—Oí lo de su esposas, lo lamentó tanto. Ella era tan buena persona.
Sanzu empujó a Takahiro con enojo, mientras su respiración se volvía agitada.
—¡Cállate, deja de verme con lastima!, deja de decir esas cosas tan estúpidas, ella volverá ¡siempre lo hace cuando sale de casa, no hables como si ella estuviera muerta!
Aquel castaño sintió su corazón romperse.
—Por favor, cálmese, solo hará que llamen a la policía.
Sanzu soltó un sollozo antes de sentarse en la banqueta, Takahiro sacó unas fotos de su maletín. Apretó sus labios dudando si era buena idea dárselas.
—¿Son las fotos de ese día, no?
—Si...
—Déjame ver.
—No creo que sea buena idea.
—No te estoy preguntado.
Él chico estiró las fotos para que Sanzu pudiera tomarlas, él peli-rosa sonrió mientras su vista se nublaba, no podía creer lo hermosa que ella se veía, el cómo estaban tan felices en ese momento con Hotaru en brazos.
—Por favor, llévame a mi casa.—dijo viendo a Takahiro.—Estoy bastante drogado para ir yo mismo.
Él asintió de forma rápida.
Takahiro no pudo evitar pensar en lo diferente que se veía; estaba tan pálido, sus ojeras estaban marcadas, se veía muy delgado, su ojos derecho se veía inflamado, su camiseta dejaba ver sus brazos y en estos habían moretones y uno que otro corte.
Sanzu solo pensaba en ____, en lo que daría por regresar a la época en la que estaban felices, en donde nada había pasado. Pensó en Hotaru y en cómo la madre de Hashimoto le enviaba videos de la bebé, que se veía cada vez más grande.
Cuando llegaron a casa, él peli-rosa dudó en bajar.
—Gracias, eres buen chico, cuídate mucho Takahiro.
Sin darle una oportunidad de que el mencionado dijera algo, salió del auto con una mente en claro.
Llegó tambaleándose hasta su habitación, miró que en su cama había un frasco de píldoras y no dudó en tomarlas todas. Sus ojos se sentían muy pesados, así que dejó llevarse por esa encantadora sensación.
Sintió unos piquetes en su mejilla, abrió sus ojos sintiendo que todo ese dolor que sentía se había ido, sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas al ver quien lo estaba tratando de despertar.
Era ella que sonreía de forma alegre, portaba un vestido blanco.
—¿Qué sucede, Haru?
—¿Realmente estás aquí?
Ella asintió con una mueca.
Sanzu se levantó del suelo para poder abrazarla con fuerza.
—Odio que las cosas hayan acabado así, Haru, se supone que tenías que seguir viviendo.
Sanzu se separó mirando a su alrededor, estaban en un hermoso campo de flores, miró su ropa y esta estaba de colores blancos.
—¿realmente puedo quedarme aquí?
—Haru, por favor regresa, no deberías estar aquí conmigo,tienes mucho por el cual vivir.
—¿Y qué sentido tendría volver? No estás ahí.
—Oh amor mío...
—Tuve muchos intentos para venir hasta aquí, créeme que no te dejaré ir ahora.
Sanzu la tomó del rostro de forma cariñosa, no planeaba volver a la vida tan miserable que tenía. Ella sonrió mientras sus ojos se humedecían por las lágrimas.
—Pero aún no es tu tiempo.
—A mi me parece que si.—beso aquellos labios que tanto había extrañado. Finalmente se sentía completo.
Sanzu Haruchiyo había muerto el día que ____ cumplía dos meses de aquel suceso. Todos los ejecutivos de Bonten al saber la noticia le hicieron un funeral digno, lo enterraron junto a su amada.
De alguna forma les gustaba pensar que ahora esos dos eran felices en el más allá y era cierto.
Sus almas estaban entrelazadas ahora, vivían felices en aquel campo de flores que era el paraíso para ambos, mientras un viejo tocadiscos hacía sonar la canción de ambos. Si se les daba una segunda oportunidad de vida, sus almas siempre iban a buscarse.