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El corazón de Porsche latía fuertemente, ¿porque?, el rencuentro entre Tawan y Kinn había sido demasiado intenso para el. Sus manos temblaban más de lo que le gustaría, y sus ojos llorosos aguantaban las lágrimas. El hecho de verlos rozar sus labios lo había afectado, sentía que realmente no conocía, ni sería suficiente para Kinn, y el hecho de que alguien como el se sintiera así era porque de verdad estaba mal sentimentalmente.
Salió de la mansión en busca de aire porqué realmente sentía que estaba comenzando a hiperventilarce, y eso lo estaba sofocando. Camino a una de las bancas y se sentó, respirando pesadamente el aire una y otra vez.
—¿Estas bien?.—una voz ronca se escuchó a sus espaldas. Porsche volteo cauteloso encontrándose con el enemigo número uno de Kinn, Vegas.
Al tratar de responder el sollozo salió de entre sus labios. El pelinegro lo miro, y se acercó, tomándolo sin mucha confianza entre sus brazos.
—Y-yo.
—No digas nada porsche, ¿te gustaría salir un rato? Traigo tu moto favorita, podemos dar una vuelta.—la propuesta de vegas era tentadora. Pero sabía y tenía claro que kinn le había prohibido salir con este.
Pero ¿importaba?, su cabeza asintió rápidamente, el pelinegro sonrió mientras lo tomaba de la mano para guiarlo.
—Odio verte llorando por el, deberías llorar por otras razones. No esto.
El moreno no había entendido, ¿otras razones?.
Llegando a la moto roja Vegas le propuso que el manejara, pero se negó, en verdad no se sentía nada bien. Así que el pelinegro solo se montó en la moto , para después el hacerlo.
—Sujétate bien, dijo mientras le acomodaba el casco.
Porsche asintió tomando su cintura fuertemente, sintiendo el marcado abdomen sobre la camisa. El moreno no vio, pero vegas había sonreído ante el tacto nada disimulado e inocente de este.
