Último Suspiro. [En Proceso]

1 - Inicio de Curso

1 - Inicio de Curso (Humboldt University School)

- Hija, falta una maleta- Dice mi padre terminando de acomodar las maletas en la parte trasera del auto.

- Voy papá, necesito tomarnos una foto- Digo sonriendo mientras pongo la cámara de mi móvil - ¡Di maíz!-

- Maíz- Decimos los dos al mismo tiempo mientras reímos. Dejo a papá seguir acomodando mis cosas mientras voy por la maleta que falta.

- Aquí está- Se la paso y este la pone junto a las demás.

Ambos subimos, y comenzamos rumbo a Humboldt University School.

Desde lo que pasó con mamá no había salido casi de casa, no me estaba relacionando mucho con el mundo exterior, he asistido a muchos psicólogos, desde los 8 años entre en un estado de depresión que solo pude súper hace dos años, a pesar de que ya casi cumplo los 18 no tengo mucha experiencia con esto de los jóvenes, estudiar es una pasión para mí, y aunque lo halla echo todos estos años por clases Online y con ayuda de mi padre me considero una chica con un alto IQ.

Voy a esos recuerdos del pasado, mi madre siempre estará presente en esos recuerdos. Si tan solo yo no la hubiese dejado sola. ¿Hubiese pedido ayuda?, tenía 8 años, la edad suficiente para saber que hacer, pero el maldito pánico me arrastró a no hacer nada, ¿Abandonarla?, la abandoné.

- La abandoné- Me repetía, varias veces en voz baja, y sin darme cuenta, me encuentro llorando, culpandome una y otra vez de esos recuerdos que no tengo culpa, que aunque crea que sí, no tengo nada que ver, la culpa es de él, él...

- Lena, ya no te culpes hija...- Comienzo a escuchar la voz de mi padre, ha pasado otra vez, sudor, rabia, dolor, tristeza. - Lena..- Mi padre me abraza, y no dudo ni un segundo en llorar en su hombro.

- Fue mi culpa papá- Digo entre lágrimas de impotencia.

- No fue tu culpa, es de él, él nos envidiaba, por eso destruyó todo lo que teníamos.

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- Nos vemos en unas semanas- Sonrío mientras sujeto mis maletas.

- Adiós hija- Nos acercamos a darnos un pequeño abrazo y nuestro saludo, usándolo como despedida.

Una vez mi padre se marcha decido entrar a la universidad, me recibe lo que es armonía, todos los alumnos corren de un lado a otro buscando sus habitaciones y socializando entre sí.

Mis pasos son algo inseguros, aún no me acostumbro a esto de socializar. Camino sin dirección o sentido, me siento en una banca colocando mis cosas a un lado.

- Hola- Un susurró a mi espalda me hace voltear la cabeza, una chica muy carismática, ojos color cafés, su cabello es rojo lacio muy largo, sus mejillas un poco sonrojadas. Me siento un poquito fea frente a ella, pues mis ojeras son notables y estoy más delgada que un fideo.

No tardo en devolverle la sonrisa, y asentir.

- Hola, ¿Te puedo ayudar en algo?.

- Si, ¿podrías...?- Curvo un poco mis labios por la confusión, saca un pequeño papel y entre cierra sus ojos- ¡Ha si! ¿Podrías decirme dónde queda la habitación 245 en el edificio 1A por favor?-

- Lo siento mucho, no puedo ayudarte por qué no se nada de la escuela. Podríamos buscar juntas, estoy en esa habitación- Digo un poco confundida, esta es una de esas casualidades en un millón que nos sucede.

Y es aquí, dónde comienza mi vida en Humboldt University School.

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- ¿Hola?- Me levanto de la cama, un tanto nerviosa por un ruido proveniente de la cocina, Katherine me dijo que saldría, así que en estos momentos me encuentro sola, camino despacio hacia el lugar con la almohada entre mis brazos.