A Harriet le gustaban muchas cosas.
Le gustaba el té, aunque todos preferían el café.
Le gustaba leer, a pesar de que su madre se quejara de que era lo único que sabía hacer.
Le gustaba llenar de besos a su sobrinita, aunque ella la odiara por ser t...
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Querido Aylan,
Ayer, después de un gran debate conmigo misma, llegué a la conclusión de que lo primero que me llamo la atención de ti fue tu inusual forma de vestir, sí, sé que se escucha raro, pero cada vez que llegabas con tus camisas de colores horribles y estampados raros me divertías muchísimo.
Una vez me encontraba deprimida por haber mojado accidentalmente unos de mis libros con chocolatada, pero de repente llegaste al aula con una camisa de cuadros anaranjada chillante y que te quedaba extremadamente grande, aunque tratabas de disimularlo, estuve a punto de soltar una carcajada, me alegraste el día completamente. Desde ese día empecé a fijarme más en ti.
Así que tu inusual forma de vestir es una de las cosas que me gustan de ti.
Harriet
Posdata: ¿Esa camisa era de tu madre?
Aylan se encontraba tanto avergonzado como extrañado.
Definitivamente, no entendía a las mujeres, primero decía que le gustaba y después se burlaba de sus camisas, ¿se supone que era así como planeaba conquistarlo? Él no era un experto en esas cosas, pero estaba casi seguro de que así no debería ser lo que sea que ella estaba haciendo.
Harriet definitivamente era una pésima conquistadora.
