Matrimonio.

1K 34 1
                                    







—bienvenida a nuestra casa Hinata—

La chica entró a la casa con un rostro de pocos amigos. Quería salir corriendo y llorar, aún no podía creer que su madre la hubiera prácticamente vendido a un hombre rico y poderosos.

—quiero dormir—fue lo primero que se le ocurrió, quería estar lejos de ese hombre.

—la cena está lista....podrías al menos cenar?—

—no tengo hambre, quiero ir a dormir—

Hinata colgó su saco en un perchero y miró la casa, era hermosa con dos pisos y una sala grandísima. A la entrada habían varias chicas las cuales estaban suponía que se encargaban de la cocina, también hombres los cuales todos hicieron una pequeña reverencia saludando a ambos.

—buenas tardes soy Kiyo, soy encargada de cocina y ella es mi hija Sakura, también me ayuda aquí—

—buenas señora Hinata soy Sakura y estaré a su disposición —

Hinata sonrió a la chica y después miró a cada uno de sus ahora trabajadores.

Cómo llevaría esa casa?

Nunca había estado en el campo y ahora llevar una casa así, ahora ella siendo la señora de Uzumaki, tendría que hacerlo.

—bueno podrías indicarme cual es mi habitación?—Miro a la pelirrosa y está llevo su mirada al Rubio.

—dije que quería que cenaras con migo—mencionó Naruto respirando profundamente.

—y dije que quiero dormir—Hinata subió las escaleras sin saber a donde ir.

Naruto resopló y rodó los ojos se fue siguiendo a la chica hasta que ella no supo a dónde ir.

—tres pisos?—

—son dos, ese es el ático—Naruto se paró detrás de ella observando como miraba cada cuadro de la casa.

—bien dónde está mi habitación?—

—nuestra habitación está ahí—

Naruto indicó con sus cejas una puerta grande color café brillante.

—no pienso dormir con tigo, nuestro trato es alianza nada más, no pienso dormir con alguien como tú—

Hinata se solto cruzándose de brazos y mirando al hombre.

Este simplemente frunció el ceño, que se había casado con una niña terca y caprichosa?

Sus sospechas poco a poco eran confirmadas.

—eres mi esposa quieras o no y dormirás con migo—

—ya dije que no—

—y yo que si!— tomó la mano de la chica y la llevó hasta su habitación donde estaba hermosa. Tenia tonos fríos y de ahí tenía una pequeña mesita junto a dos sillas.

 Tenia tonos fríos y de ahí tenía una pequeña mesita junto a dos sillas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Oneshots |Naruhina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora