Untitled Part 1

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Ibas caminando por la banqueta del lado derecho, cuando de repente viste un dulce tirado en el piso, con la envoltura llena de los colores más llamativos que habías visto en tu vida, lo levantaste porque sentiste que tenías que hacerlo, lo querías abrir más no lo abriste, solo contemplaste su bonita envoltura y lo metiste en la bolsa izquierda de tu chamarra, tenías que ir a visitar a tu hermana, algo irónico debido a que no le caías nada nada bien pero era para mantener la relación fraterna en términos aceptables, la mañana había sido muy normal, fría pero no como si vivieras en el ártico, el sol brillante pero no para cegarte, y tu reflejo en espejo del baño no revelo nada más que una nueva arruga al lado de tu ojo preferido, notada solo por el hecho de que sonreíste al ver que era martes, lo que significaba un nuevo capítulo de esa serie a la que eras tan adicto. Bajaste del lado derecho de la cama, y te preguntas sin falta todos los días a que se debe esa superstición tuya. Las pantuflas siempre alineadas. Veinte pasos que cuentas cada día cuando vas al baño, tomas la manija, de cara estas a la puerta, la abres, te lavas la cara, dos, tres, cuatro pasos, cinco, seis, el retrete, ves la hora el tu reloj, sabes que eso ya no se usa y deberías usar el celular que tienes arrumbado, pero te resistes, y en el fondo sabes que está bien. Pero esa arruga, es nueva...algo nuevo que refleja lo viejo. Es poético y está bien. Te paras del retrete, un último vistazo en el espejo, sales, pero por alguna extraña razón no contaste los pasos, y te diste cuenta hasta que tomaste la manija fría de la puerta. No tienes hambre, pero tienes que desayunar. Abres la puerta del refrigerador y lo contemplas, verduras podridas, una gelatina, los restos de la comida de ayer, dos huevos, un poco de yogurt y un cartón de leche. Sacas la leche, caminas, uno, dos, cinco pasos, un vaso en la mano izquierda y el cartón en la derecha, volteas, dejaste la puerta del refrigerador abierta. La cierras con la punta del pie, se cae tu pantufla. Miras el calcetín. Negro. Como el día que te espera. Dejas el vaso y la leche. Vas al baño, te quitas la ropa y te metes a bañar. No sabes porque, pero el día de hoy sientes que las cosas tienen un tono distinto. Tomas la toalla te secas y te vistes. El espejo. La arruga. La puerta. Tomas las llaves y sales. Siempre en la banqueta del lado derecho. El dulce. Lo sientes en la bolsa de tu chamarra. Ansiedad. Oyes el sonido de un auto frenando. Gritos. Nada. 

Cuentos enredadosWhere stories live. Discover now