CONCIERTO [RinSou]

3.

- ¿Gang dex? - Takemichi se gira a ver a los menores curioso - Inició directo a minutos del concierto, ough - Keisuke se lamenta con un pequeño puchero en labios, Kazutora por otra parte solo lo mira, afirma y sigue mirando el teléfono celular atentó al en vivo.

Vaya bastardo, sabe disimular.

Fue el único que logró enfrentar los inicios de Tenjiku, inclusive la omega de Kanji Mochizuki decidió terminar para evitar la presión de su, en ese entonces, prometido. Aún recuerdo al alfa decaído luego de que se diera finalizado el divorcio.

Mis pensamientos pronto son interrumpidos al notar una cabellera naranja a lo lejos, frunzo mi nariz confundido, esa cabellera es inigualable. A pasos agigantados camino hasta dicha persona pero de un momento a otro la pierdo de vista al haber más personas en el camino, algo desesperado miró a los alrededores buscando alguna pista y la veo, esta vez más oscura tirando a cobrizo, me detengo y en silencio le veo fijamente, una beta.

Ugh.

Por un instante creí que era Nahoya, me vuelvo dónde los chicos y noto que están peleando entre ellos, Takemichi me mira curioso y yo solo niego restándole importancia.

- Pronto entraremos ¿Quieres ir a tomar un poco de aire y un supresor? He notado un poco de tus feromonas -

- ¡Es cierto! Hasta nosotros que aún no desarrollamos el olfato lo notamos - Kei afirma viéndome de reojo.

- Huelen bien, suegro - Kazutora lo mira con molestia y de un zape lo manda a volar.

- Sigue y te corto los huevos, él aún está pequeño - logró oír antes de que Takemichi me agarre de los hombros y me saque de allí.

¿Él aun pequeño? Supongo, Kazu apenas tiene 15 años pero siento que es muy pronto para salir con alguien.

Miró al techo soltando un gran suspiró, si Rindou estuviera aquí sería más fácil criarlos... Él siempre adoró a los niños.

- Las feromonas incrementan al estar con tu alfa luego de un tiempo alejados, tú llevas seis años sin estar junto a él por lo que es posible que tengas un celo adelantado - afirmó levemente.

- Traje los supresores suficientes para retenerlo y tengo un plan de urgencia si no llega a funcionar - abro mi bolso mostrándole las tabletas, él mira la bolsa atónito.

- ¿Acaso quieres morir? - sus manos me agarran por los hombros, inclinó mi cabeza a un lado con indiferencia.

- Tranquilo, los otros los traje para vender. No perderé la oportunidad de un buen negocio -

No soy estupido, sé cuanto soporta mi cuerpo pero también sé que algunos adelantan el celo de otros en los conciertos para abusar de ellos, también a algunos que de la emoción esparcen sus feromonas por el lugar ó aquellos que quieren estar prevenidos. Un buen negocio que los de seguridad no pueden quitar.