En otros universos- CARMUEL

Universo 1- Parte 1

𝐄𝐥 𝐜𝐡𝐞𝐟

Madrid, España.

La familia Roson-Caleruega era de las familias más codiciadas de la clase alta española.
Una familia que por donde la vieras pasar, te impregnaban con su alteridad y provocan una ceguera del brillo que sus joyas emanaba.
La familia, constituida por el patriarca Teodoro (alias Teo) Rozón y la matriarca, la marquesa de Caleruega, la señora Beatriz de Caleruega. Por último, se encuentra su hija, la heredera del marquesado, Carla Rosón Caleruega; una joven de 19 años, cuya vida se encontró bajo la sombra de sus padres, manteniendo ocultos sus más grandes deseos y anhelos.
Estudiante de grado de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Europea de Madrid por deseo de sus padres, aunque su sueño es ser Diseñadora de Moda, crear su propio vestuario y vivir de lo que tanto le apasiona.

Residentes del barrio La Moraleja en Madrid, como toda familia perteneciente a la élite española, cuentan con una amplia gama de personal de servicio, divididos en personal de limpieza, cocina, choferes, jardineros, seguridad, entre otros más.

Era una tarde de verano, el sol irradiaba en lo más alto, y en medio de los jardines de la mansión Rosón- Caleruega, se encontraba Carla, tomando sol, disfrutando de esa tarde de calor. Siempre que podía y tenía tiempo, ella disfrutaba estar unas horas sola, sin que nadie la moleste; relajarse sin la necesidad de ir a un spa de alta gama o a un viaje que sale la suma del sueldo de 5 empleados de la casa de sus padres.
Al cabo de un rato, el calor le había provocado hambre y sed, por lo que salió de la piscina, se secó un poco e ingresó a su casa. Caminando por los largos pasillos hasta llegar a la cocina es que lo ve a él, a Samuel García, el joven chef de apenas 22 años eñ cual sus padres habían contratado hace un año.

Desde el primer momento en que lo vió, no pudo negar que le pareció atractivo pues como bien suelen decir, los ojos están para ver.
-Buenas tardes Samuel- le dice Carla.
-Buenas tardes señorita Carla, ¿Cómo se encuentra usted?- le responde.
-Muy bien Samuel, gracias por preguntar- le sonríe- ¿Y tú? Por cierto té he dicho que me tutees. Eres el único que me sigue llamando señorita Carla cuando los demás solo me dicen Carla.
-Bien gracias -leve risa- lo sé señori...Carla. Pero su padre nos ha ordenado explícitamente formalidad.
-¿Acaso ves a mi padre aquí?
-No, pero...
-Pero nada, solo Carla. No nos llevamos tanta diferencia de edad- los dos se sonríen.
-Esta bien Carla, ¿Que gustas de mi servicio?
-Una limonada de fresa y unas... -No puede seguir porque Samuel le interrumpe
-Tortitas con Nutella, lo sé. - y se pone a preparar.

Carla solo podía verlo maravillada, Samuel es todo lo que una mujer se merece, él se merecía el mundo entero y más.
Samuel sentía que alguien lo estaba mirando, y no hacía falta ser muy listo para saber que era la mismísima Carla, ya que eran las únicas personas presentes en la cocina.
Al cabo de unos minutos...
-Aquí tienes Carla, una limonada de fresa con tortitas y nutella- le dijo sonriéndole
-(risa nerviosa) Gracias Samuel, ten un buen día- le contesta
-Igualemente- y se quedan mirando un rato, hasta que una de las chicas de limpieza ingresa y Carla se va.

Llegada la noche y el momento de la cena, Carla se encontraba en su habitación arreglándose ya que iba a salir con su mejor amiga Lucrecia y su novio Polo al teatro Barceló.
-Mamá, Papá, hoy no ceno con ustedes porque salgo con Lu y Polo - les dice gritando a los marqueses yendo a la puerta de salida de su casa
-Pero Carla, hoy tenemos cena con los nuevos inversores para las nuevas bodegas- le responde su madre
-Mamá siempre estoy en esas cenas, un día no hará nada. Además vos sos la primera en decirme que debo de salir más- le reclama Carla a su madre
-Esta bien. Puedes salir, pero no vuelvas tan tarde. Yo me ocupo de tu padre
-¡Si!- la abraza- Gracias mamá.
-De nada, cariño.
A pesar de todo lo vivido, Carla sabe que cuenta con su madre, ya que es la única con la que puede tener una conversación estable.