Enmascarados

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⚠️Contenido sensible⚠️

Sentía como algo acariciaba mis mejillas, no pude distinguirlo, las lágrimas y las gotas de lluvia se mezclaban entre sí, nunca supe cuál era cuál.

—A la mierda con ésto.— Azoté el ramo de rosas que sostenía en mis manos contra en suelo, todas ellas fueron rompiéndose ya sea por la lluvia o por el fuerte golpe.

Tome entre mis manos aquella carta que escribí con tanto amor y delicadeza, siendo lo más romántico y detallista posible, en tan solo dos segunda la carta se rompió en dos, la tinta se desvanecía y solo la arrugue junto al ramo de rosas.

—Fuí un idiota al pensar que vendrías a esta estúpida cita, debí suponer que no sentías lo mismo que yo.— Limpie las lágrimas y las gotas que caían sobre mis mejillas, estaba siendo molesto. —Todo el esfuerzo que hice y tú solo me dejaste plantado, eres un imbécil Langa...

Tomé mi mochila y comencé a caminar en dirección a mi casa, a lo lejos escuché como alguien corría y gritaba mi nombre, mi furia estaba por los cielos.

¡Reki, Reki!— Aún no se detenía. —¡Escúchame, por favor!

Sin notarlo estaba comenzando a correr, huyendo de aquella persona, huyendo de mis sentimientos, huyendo del dolor, como siempre lo hacía.

Fue rápido, sus manos tomaron mi muñeca y me obligaron a verlo, cerré mis ojos y no entendí el por qué hacía ésto.

—¡Aléjate, alejate de mí!— sollozaba una y otra vez —¡Estuve cuatro putas horas esperándote, cuatro!

—¡Mírame Reki, mírame a los ojos!

—¡¿Sabés lo imbécil que me sentí?!, ¡Compré un ramo enorme, con flores recién cortadas y te hice una hermosa carta expresando lo que sentía, con palabras apropiadas y siendo lo más romántico posible!, ¡¿Pero qué recibí a cambio?! ¡Una espera de cuatro horas y treinta minutos!

Mis manos tambaleaban y podía escuchar el llanto del peliazul.

—Reki, yo...

—Hubiese sido mucho mejor un rechazo que una ilusión de más de dos horas, en una carta, y cuatro horas en espera...

—Solo mírame...— negué mi cabeza mientras salía de su agarre, ya era hora de irse. —Nesecito que me escuches...

—Adiós, Langa...

Está vez corrí sin sentir que nadie me seguía, entre a mi casa como pude y lo primero que ví fue a mi madre, ella corrió a abrazarme mientras yo gritaba de dolor, mis gritos desgarradores podían escucharse a muchos kilómetros de distancia.

Mis tres hermanas corrieron a mí, mientras mi madre me abrazaba con muchas fuerzas, la pequeña Chihiro lloraba conmigo mientras que Nanaka secaba mis lágrimas con un pañuelo de sus Barbies.

Mis ojos ardían pero me sentía mucho mejor luego de que las cuatro me abrazaran y me hicieran sentir muy querido, mi madre presentía lo que sucedía y solo bastó con una mirada para que volviera a llorar, una y otra vez.

[...]

Un día había pasado y se sentía una eternidad, me desperté un poco temprano y en cuánto abrí mis ojos pude ver poco, mis ojos estaban completamente hinchados y sólo podía ver poco.

Chihiro y Nanaka se ofrecieron a cuidarme durante la noche, aunque ambas se quedaron dormidas en cuanto tocaron la cama. Fue un hermoso gesto de ambas, durante muchas noches dormí con ellas por miedo a los monstruos de debajo de la cama o en el armario y ahora ellas me cuidaban del mounstro que había jugado con mi corazón.

ONE SHOT'S // Lanki-Renga +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora