Allí estaban, 2 paramédicos, los directores y... El chico que, a pesar de que fue en parte su culpa, había avisado, técnicamente, la había salvado.
D- A-anya, perdóname, de verdad perdóname -decía el joven, el mismo que diariamente la molestaba e intimidaba. Ese chico que era orgulloso y arrogante, ahora estaba rogándole un perdón, hacia la chica que peor trataba, a la que le dijo que se arrepentía de conocerla, ahora lloraba desconsoladamente por ella- n-no dije nada enserio, de verdad me arrepiento de lo que dije, no quiero perderte...
Anya, aunque no podía moverse, escuchaba cada palabra, y sentía como tomaba su mano y ponía la frente sobre esta misma, bajando la cabeza, cosa que él nunca hacía, debido a que decía que eso solo lo hacían los "plebeyos".
Ella al escuchar las palabras de él joven de castaños cabellos, quería levantarse y abrazarlo, abrazarlo y no separarse en mucho tiempo, pero su cuerpo no respondía, y cada vez se sentía mucho más débil, intentaba gritar, pero solo lo podía hacer internamente.
Pero, dejando de lado a Damián, por la cabeza de Anya pasaban pensamientos como: ¿Quién me hizo esto, por qué lo hicieron, le hice algo malo a alguien, y principalmente, quién me hizo esto? Todos esos pensamientos ponían mal a la chica. Mientras todo eso pasaba por su mente, la voz de el chico se iba apagando, poco a poco, al punto de no escuchar nada, y solo poder apretar la mano del contrario.
Damián sintió como Anya apretaba su mano, haciendo que se le escapara una sonrisa, para luego darle un beso en la mano.
Un rato después, los paramédicos se llevaron a la pequeña Anya, dejando a Damián al pie de la entrada del colegio en shock. No sabía que sentir o que hacer, aunque era claro que en estos momentos su deber como estudiante le impedían salir del colegio, pero si a Anya le pasaba algo... Bueno claro estaba que podría hablar con su papá para ir al hospital, sería algo "elegante" según su padre, pero eso era lo que menos le importaba
D- - oh quien le haya hecho eso a Anya me las va a...- murmuraba, pero a quien mentía, siempre había estado a la sombra de su padre, y sin el apoyo de éste, no podía encontrar a los responsables por cuenta propia, y el tener que esperar le hacía sentirse frustrado, hasta que vio un rostro conocido. Era Becky, quien venía corriendo.
B- ¡¡¡Escúchame bien Damián!!! -Exclamó apresurada- Por alguna razón, el director nos asigno una actividad extra, por eso tendremos que ir al hospital y ayudar a Anya así vámonos rápido que el bus va saliendo -dijo la niña agarrando al chico del brazo para arrastrarlo, logrando subirlo al autobús-.
D- ¡¿Qué-?! Bueno, olvídalo, explícame después.
Todo el camino al hospital, transcurrió en un silencio sepulcral que nadie se atrevía a romper, porque por parte de ambos, solo pensaban en una cosa ¿Quién hizo esto? Anya no era mala persona, y no le haría nada malo a nadie, por lo tanto, alguien había estado planeando esto, pero no tuvo la oportunidad... Hasta ahora. Y los sentimientos de culpa hacían eco en la mente de Damián, a pesar de que quisiera disimularlo, las lágrimas rodaban por sus mejillas, e incluso, empezó a sollozar, ahí, sin más importancia, provocando que Becky lo escuchara.
B- ¡¿D-Damián?! -Dijo en estado de shock, estaba viendo al chico más orgulloso de toda la academia, al más imponente, llorar, y no solo llorar, llorar por Anya. No sabía qué hacer ni como reaccionar, Damián no le prestaba atención, solo cubría su rostro empapado de lágrimas con sus brazos. La peli-marrón, al no saber cómo reaccionar, solo lo abrazó.-
D- ¡¿Q-qué crees que estás haciendo?! -Se apartó al instante, sí, puede que estuviese mal, muy mal, de hecho, pero a la única persona que quería tener entre sus brazos, era a Anya, a la plebeya, o mejor dicho, a "Su" Anya.

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𝑀𝑎𝑠 𝑎𝑙𝑙𝑎́ 𝑑𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑖𝑠𝑖𝑜́𝑛~★
Romance¿Qué sucede cuando debes forzar un romance con tu rival solo para cumplir una misión? normalmente, sería un "solo es por la misión, luego me alejaré" pero... Los sentimientos de una chica de 15 años llamada Anya Forger le jugarán en contra, al momen...