Dad Next Door (Jaeyong)

Capitulo 3

Hace tres años

Había sido una mañana extraña.

Hoy, Taeyong se despertó sintiendo más náuseas que nunca, su estómago retorciéndose y retorciéndose como una montaña rusa en pleno apogeo. Fue extraño, considerando que Taeyong no ha tomado una copa desde la noche de la fiesta de cumpleaños de Choi Minho, y su semana de exámenes finales en curso no le permite a él ni a sus amigos participar en ningún tipo de fiesta. Algo está causando estragos absolutos en sus entrañas, y no puede ser por el alcohol.

"Qué demonios", dice Taeyong mientras vomita por tercera vez hoy. Se agarra del borde de la taza del inodoro para sostenerse, los nudillos se le ponen blancos por la firmeza de su agarre. Él jadea, se atraganta y básicamente purga los demonios que decidieron holgazanear en su estómago. Le destrozó las entrañas, tanto que ya sabe lo que se siente estar en el décimo círculo del infierno.

Había estado en algún lugar alrededor de la página 36 o así en su reseña cuando su estómago comenzó a lanzar una rabieta de la nada. Taeyong, como el cabezota que es, optó por ignorar el sentimiento en los primeros minutos. Hasta que de repente sintió una punzada aguda y agonizante en sus intestinos y tuvo que correr al baño para sacar a Satanás de su estómago.

Con sus trabajos atrasados ​​actuales y mil lecciones más por estudiar, Taeyong rápidamente evita la sensación desagradable en su sistema antes de lavarse la cara con agua fría para sentirse mejor. Y ayudó, de alguna manera, aunque sabe que no será por mucho tiempo.

Pasaré por la farmacia por unas tabletas de electrolitos más tarde. Esto servirá por ahora, dice en su mente.

(...)

"No puedo ir", murmura Taeyong debajo de sus sábanas.

Oye un gruñido, uno que ha escuchado de Ten demasiadas veces. Ten aparta las sábanas de Taeyong de su rostro, provocando un fuerte gemido de su mejor amigo. "Los finales han terminado, Taeyong. ¿Te importaría decirme por qué estás enterrado profundamente en tu manta en este momento como una maldita abuela?"

Según el mensaje de texto de Ten hace horas, hay una fiesta en el centro de Itaewon organizada por otro amigo de su círculo popular. Para relajarse, supone, ya que sus espantosos finales ahora finalmente terminaron. Hay una pizca de vacilación en Taeyong por no querer venir, porque extrañamente, es una de las raras ocasiones en que Taeyong también quería ir.

Pero no puede.

Los ojos de Taeyong permanecen cerrados cuando responde. "No me siento bien."

Se estremece cuando una palma fría presiona sobre su cuello y frente. "¿Tienes fiebre?" Ten pregunta. "Aunque en realidad no te estás quemando. ¿Quieres que pase por la farmacia para comprarte medicamentos o algo así? Creo que ya nos quedamos sin ibuprofeno."

"No gracias. Estoy bien", dice Taeyong a pesar del dolor agudo que le sube a la cabeza. Está mareado, y otro minuto de estar expuesto a luces artificiales seguramente hará que se desmaye. "Probablemente esto se deba al estrés. Tuve una semana larga".

Hay una pausa, insinuando la desgana de Ten. Pero sorprendentemente, asiente con la cabeza antes de dejar en paz a su mejor amigo. "Entonces, descansa por ahora. Estaré en mi habitación preparándome. Llámame si necesitas algo."

(...)

Cuarenta y cinco minutos.

Taeyong parpadea para quitarse el agua de los ojos mientras continúa sacando las tripas en el inodoro, sin importarle el sonido repugnante que está haciendo en ese momento. Le tomó cuarenta y cinco minutos tener un sueño algo pacífico, hasta que esa abominable sensación de náusea se desmoronó profundamente en su estómago y volvió a su garganta, despertándolo sobresaltado.