CAPITULO 7~Beomgyu

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No podía respirar, todo parecía estar estático a mi alrededor, el cuello de la camisa apretaba demasiado y el hecho de compartir oxígeno con ese castaño, me estaba destruyendo poco a poco, quizás hasta más de lo que hubiera podido imaginar.

No podía pensar, lo cual me llevaba a un estado de quietud exasperante en el que sólo podía observarlo de pies a cabeza, olvidando por completo la barrera enorme que nos separaba, y aun más, el hecho de que su hermana, y mi novia, estaba a sólo unos centímetros de distancia.

Desde el primer segundo en el que fui consciente de que nuestro reencuentro era inminente, supe que ya nada se iba a parecer a nuestra antigua realidad, sin embargo y para aumento de mis esperanzas rotas, mi mente no alcanzó a dimensionar la magnitud de los cambios en consecuencia a mis actos en el pasado. Sí, claro que me esperaba una reacción negativa, quizás hasta gritos y ese sentimiento de desesperación al que me había acostumbrado, pero su indiferencia esa noche hizo que aquellas quedaran en el olvido.

— Recuerda lo que hablamos, Gyu— murmuró mamá cuando estuvimos a sólo unos pasos de entrar. Mi cuerpo aún temblaba por la tensión, y ni siquiera había sido capaz de escuchar una sola palabra referida a Yeonjun. Ella ya lo había visto, y era suficiente información como para ponerme nervioso.

— Lo sé.

Cuando nuestras miradas se chocaron, no fui capaz de sentir otra cosa además de emoción y temor. Su cuerpo mostraba una postura relajada mientras sus músculos lo dejaban en evidencia, sus ojos no se alejaban de mí, su cabello oscuro caía en mechones largos hasta la curva de su cuello mientras sus facciones frías parecían querer acabar conmigo y su mentón elevado me dejaba una vista perfecta, rompiendo cada uno de mis sentidos.

Mi anhelo se había vuelto una pesadilla, y todo era un maldito desastre.

Su familia no escatimó en gastos, y como de costumbre, la fiesta de bienvenida no fue motivo de decepción para ningún invitado. Todos parecían disfrutar el ambiente, y aún más, del protagonista de esa escena. Aún así, las cosas nunca eran perfectas en su totalidad y lo pude comprobar desde el momento en el que sus palabras salieron como un murmullo lento e hiriente en mi dirección.

Lo merecía, pero no lo quería, y fue mi tortura más grande.

Yeonjun ni siquiera me miraba.

Antes lo hizo, cuando estaba hablando con Linn, pero no provocó más que un estremecimiento frío. Sus palabras fueron sarcásticas y heladas, su sonrisa era de todo menos amable, y me detesté por sentir que merecía más que eso.

Ya no merecía nada de él.

— ¡Gyu, vamos a bailar!— dijo Linn aferrándose a mi brazo, exaltandome levemente. La miré sin saber que hacer exactamente.

— Sabes que no es lo mío...

— Pero—

— Beom, cariño— dijo está vez mi madre, esa noche lucía particularmente hermosa, pero algo en su mirada me decía que no estaba para nada contenta con mi falta de soltura— vé y diviértete.

No tuve más opción que obligar a mis pies a dirigirse al centro de la sala, dónde todo era una completa revolución. Los amigos de Yeonjun de preparatoria, algunos de la infancia y otros por parte de familia, no dejaban de mirarme como si fuese un bicho extraño en un lugar al que no pertenecía.

Jamás me habían agradado, y jamás pude agradarles. En especial hablando de Key, nuestra relación se basaba en frías miradas que decían lo que no nos atrevíamos a pronunciar, ella me odiaba y yo no tenía razón alguna para reclamar su posición.

— Vamos, muévete— rió Linn al verme estático.

— Esto es un poco incómodo.

— Es cierto, todos nos miran.

Change // Yeongyu Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora