Howgarts

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Ya era primero de Septiembre y las hermanas estaban terminando de acomodar sus cosas en los baúles, Kayla guardo su libro de pociones, era el que más habia estado leyendo y se lo sabia bastante bien. Por otro lado Dasha estaba decepcionada por no poder llevar su escoba, ya que a los de primer año no se lo permitian y tampoco podian entrar al equipo de quiddich de su casa.

Ambas estaban emocionadas querian aprender hechizos, pociones, historia y vuelo.

—Niñas, ¿ya teneis todo listo? —preguntó Newt desde el pasillo.

—¡Si! —contestarón las dos hermanas a la vez.

—Bien pues acercaros, ya son las diez y veinticinco y vamos con el tiempo justo, vuestra abuela me mataria. Sujetad bien los baúles y a vuestras mascotas, nos apareceremos cerca de la estación.

Dicho esto el hombre coloco una mano en el hombro de cada una de sus nietas y se aparecieron una calle más alla de la estación.

—Os acompañare hasta el andén pero después me tengo que marchar hacia el ministerio, tengo trabajo que hacer.

Las niñas asintieron y empezaron a caminar. Al llegar a la estación se cruzaron con dos adultos y un niño que iban riendose, a lo lejos Dasha diviso al que creia era Harry.

—¿Ese de alli no es Harry? —le preguntó a su hermana, señalando al niño de pelo azabache que hablaba con un montón de pelirrojos.

—Es verdad, si es él.

Se acercaron hasta ellos y pudieron observar como dos de los pelirrojos atravesaban la pared.

—Hola —saludo Dasha cuando llegaron junto a Harry.

—Dasha, Kayla hola — saludo Harry.

—¿Primer año en Howarts? — les preguntó la mujer bajita y pelirroja que estaba junto a Harry.

—Si es su primer año —respondió Newt y miro su reloj—. Niñas debo irme, debeis atravesar esa pared, entre los andenes nueve y diez y vereis el tren. Suerte y escribirnos en cuanto podais.

Les dio un beso a cada una en la cabeza y se despidio de la señora.

—Bien niños deberias pasar ya, el tren no tardara en irse, Harry ¿por qué no vas tu primero?

Harry avanzó hacia el muro, con un poco de miedo pero con carerilla, las dos hermanas decidieron ir después, para ser seguidas por el chico pelirrojo alto y delgaducho que estaba con Harry y la señora junto a una niña tambien pelirroja.

Siguieron a Harry hasta uno de los vagones que estaban al final del tren, ya que la mayor parte estaban ocupados. Subieron primero a sus mascotas, pero a la hora de tratar de subir los baúles tuvieron problemas.

—¿Necesitais ayuda? —los tres observaron a uno de los gemelos pelirrojos que habian visto pasar por la pared.

—Nos vendria muy bien, por favor —contestó Kayla.

—¡Eh, Fred! Ven a ayudar.

Entre los cinco consiguieron subir los tres baúles al compartimento.

—Gracias —dijo Harry, apartándose el pelo húmedo de la frente.

—¿Qué es eso? —dijo uno de los gemelos, señalando la brillante cicatriz de la frente de Harry.

—Vaya —siguió el otro— ¿Eres tú...?

—Es él —dijo el primero—. Eres tú ¿no? —se dirigió a Harry.

Las hermanas se miraron entre si sin entender muy bien lo que pasaba, ¿acaso no se conocian ya de antes?

"Until the end"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora