◦✦┋𝐍𝐄𝐕𝐄𝐑𝐋𝐀𝐍𝐃 𝐂𝐈𝐑𝐂𝐔𝐒┋✦◦

【𝟔】

⌞➮ ❝ 𝑵𝒆𝒗𝒆𝒓𝒍𝒂𝒏𝒅 𝑪𝒊𝒓𝒄𝒖𝒔❞

Con una sonrisa decorando su rostro, apuntó apuntó a una chica que se sentaba no muy lejos. La segunda persona se sentaba en una de las esquinas....y finalmente, la tercera persona, era el moreno a su lado.

Las tres personas bajaron con la mirada baja y el presentador se les acercó.

—¿Cuáles son sus nombres?

—Gilda.

—Nigel.

—Don.

—¡Amigos, ellos serán nuestro primer espectáculo!—exclamó con cierta emoción, hacia el publico.

La jovencita albina les amarró a cada uno alrededor de sus cuellos una cinta con varios cascabeles. Despues de aquello, la chica retrocedió y junto al presentador, observó como un hombre grande arrastraba una gran jaula.

—¡Denle la bienvenida a la bestia de la noche! ¡el horripilante licántropo!

—¿Qué clase de....?—murmuró, atónito al ver que en esa jaula a una criatura muy grande.

Gruñendo a las personas de su alrededor, sus ojos brillaban en un intenso violeta. La jaula era grande, asi que Subaru deseaba equivocarse al pensar lo peor.

La doncella que aseguraba que es su vieja amiga, arrastró a Don con un brazo sin problema alguno, llevándolo hacia la jaula de la bestia. Aunque el joven se oponía con todas sus fuerzas, no parecia dificultarle nada a la albina.

Finalmente abrieron la jaula y lanzó al moreno como si fuera un trapo, repitió la acción con los otros dos y la jovencita cerró la jaula entre los lamentos de los otros jóvenes, para finalmente caminar cerca de la bestia y acariciarlo a través de los barrotes

Con una llave, abrió las esposas de las patas de la criatura y lo dejó a su libertad dentro de la jaula, la bestia atacó sin pausa alguna a las personas frente a él.

Y Subaru entendió una cosa al ver como la gente gritaba de emoción al ver el sangriento espectáculo, este circo hablaba en serio cuando dijo que no era como los demás.

Los aplausos inundaban el lugar, el presentador los acompañaba con una sonrisa y la jovencita albina observaba todo con una mirada perdida.

—Esto no...—junto al temblar de sus manos, dio un pequeño grito y enseguida lo calló con sus manos.

Los gritos de ayuda solo lograron despertar risas entre el publico y el castaño se preguntó en que clase de personas se reían de tal cosa. Se escuchaba como los cascabeles sonaban cada vez que la bestia rasgaba el cuerpo de sus victimas, los gritos de estos cesaron pero la criatura de pelaje negro no se detuvo.

Tal vez debió escuchar a su mente cuando le dijo que debía escapar.