Marzo 25 - Día 67
Había comenzado a olvidar lo que era estar completamente despierto. Me sentía como si estuviera nadando, como si el agua entrara por mi boca y cada vez me dificultaba más respirar. Era como si lentamente me estuviera hundiendo entre arenas movedizas, el oxígeno entraba levemente en mi cerebro mientras trataba de mantenerme lúcida.
Tenía un montón de obligaciones con mis pacientes, con Ariana, con Martina y conmigo misma, pero todo lo que quería hacer era dormir y flotar entre mis sueños por siempre. La última vez que vi a Martina fue el martes y lo único que hice durante mi visita fue quedarme dormida hasta las tres de la madrugada con Martina aferrándose a mis dedos debido a un enorme dolor de cabeza que ella tenía en ese momento.
Podía sentir que me rompía en pedazos cada vez que me movía, mi respiración se me dificultaba, mi cabeza pesaba cada vez más. Necesitaba parar pero no tenía tiempo, tenía que seguir y también seguir esperando que mi cuerpo tuviera la fuerza para seguir.
Llegué a la habitación de Martina alrededor de la 1:00 p.m., me quité mis zapatos y dejé mis cosas a un lado. Ella alzó la vista al notar mi presencia mientras una sonrisa se desvanecía de su rostro al notar mi apariencia.
De inmediato, Martina bajó de su cama sujetándose de un lado de esta para mantenerse en pie mientras caminaba hacia mí con preocupación en sus ojos. Sentí el frío al estar parada ahí, estaba consciente de lo mal que me veía, mis mejillas tenían un tono morado y hundido, mientras que mis ojos estaban pesados, pero no podía mejorar en ninguna forma mi apariencia, así que solo me quedé ahí, evitando su mirada.
Ella alzó su mano rotando sus dedos en mi mejilla. Pasó sus dedos con cuidado sobre mi piel como si tuviera miedo de que me fuera a romper ante su tacto, como si en algún momento me hubiera vuelto frágil.
-Lu, te ves muy mal...-
Asentí mordiendo mi labio inferior fuertemente que pude sentir mi propia sangre en mi lengua. No estaba segura de cómo había empeorado tan rápido. No fue hace mucho tiempo cuando todo estaba bien. Había tenido noches en donde me despertaba lleno de sudor y me hacía falt la respiración pero podía soportarlo. Parecía que después de la quimioterapia todo se había convertido en un espiral que descendía rápidamente y no tenía salida alguna.
Martina bajó frotando sus dedos por mi barbilla en un modo tierno y reconfortante. Abrí mi boca para hablar, para decirle que estaba bien y que no tenía que preocuparse por mí, pero me di cuenta que había perdido mi voz en algún lado. Ella mantuvo su mirada en mí, sus pacientes ojos cafés esperando a que hablara.
-N-no puedo...-
Y entonces, me quedé sin palabras, no podía hacer las dos funciones básicas del cuerpo humano al mismo tiempo: hablar y respirar.
Martina me miró y vio cómo lo último de normalidad en mi cuerpo desaparecía, sentí que me iba a caer cuando colocó sus brazos alrededor de mí, abrazándome.
-Ven aquí, te tengo.-
Me aferré a su cuerpo apoyando mi cabeza contra su pecho dejando que me abrazara.
-Lo sé.- susurré con mi voz rompiéndose en medio de la palabra.
No podía contenerme más.
Comencé a llorar apretando su remera lo más fuerte que podía mientras aprisionaba mi rostro contra su hombro. Saqué cada frustración que había tratado de esconder durante el día, mi cuerpo entero temblaba mientras me desahogaba.
Parecía que mi cerebro se había desconectado, la desesperación y el agotamiento que tenía se reducía a un momento entre los brazos de Martina. No estaba consciente de nada, solo tenía en mente no separarme de Martina. No podía dejar de llorar. Todo era inútil, era una lucha que nunca iba a ganar.
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Catch me, I'm falling. | Martuli Adaptación (G¡P) | [Terminada]
ФанфикNo sé si se puede elegir a la persona de quien te enamoras, quien termina tomando un pequeño pedazo de tu corazón... Esa persona se lleva ese pedazo con ella cuando se va. Si alguien me hubiera preguntado, no creo que yo hubiera elegido a Martina Be...