Febrero 7 - Día 22
La silla de tela dura con un parche de cinta en su parte superior había comenzado a sentirse familiar. Lentamente dejó de ser la silla que estaba al lado de la cama de Martina para convertirse en mi silla. Martina estaba sentada con su laptop en sus rodillas y las sábanas envueltas alrededor de ella. Ella me dio un mágico y amistoso saluda cuando entré, un «Hola» lleno de vida.
-¿Tienes algún plan para hoy?- Le pregunté mientras me sentaba, coloqué mi bolsa en mis piernas y la miré.
Ella se encogió de hombros.
-Nada en particular.-
-Podemos ir afuera de nuevo.- Sugerí, preguntándome si ella había estado esperando con ansias mi visita tanto como yo lo estaba. La semana había pasado lenta, me encontraba contando los días que faltaban para verla de nuevo. No se suponía que esto pasaría pero lentamente Martina ocupaba gran parte de mi conciencia. Quería conocerla por dentro y por fuera. Y también quería repararla, era lo que más quería en este mundo.
Ella se encogió de hombros nuevamente, dejando su laptop a un lado y cubriéndose entre las sábanas, colocándose de lado. Sus ojos marrones fijados en mí. Colocó sus manos entre las sábanas. No me atrevería a presionarla a que hiciera algo que no quería.
Yo tampoco estaba teniendo un buen día, uno de mis pacientes, una chica joven con rabdomiosarcoma, un tipo de cáncer muscular, se estaba poniendo peor y no estaba segura de que sobreviva a este mes. Además no me estaba sintiendo tan bien, mi garganta estaba hinchada como si me fuera a dar algún tipo de resfriado y también me dolían los músculo y articulaciones. Esconderse debajo de las sábanas no parecía mala idea.
-¿Alguna vez has hecho una casa de sábanas?- Le pregunté lentamente mientras deslizaba mis manos en los bolsillos de mi sudadera, buscando algo de calor.
Ella asintió, había algo de nostalgia en sus ojos.
-Bri y yo solíamos hacerlo en la sala cuando éramos pequeñas.-
-¿Quieres hacer una ahora?-
Analizó mi propuesta por momento antes de asentir, quitándose las sábanas de encima, parándose frente a mí, me miraba con algún tipo de sonrisa.
-Está bien.-
Me levanté, quitando mi bolsa de mi hombro y dejándola en la silla. Luego, agarré una sábana.
-Creo que si lo sujetamos con el pie de la cama podemos hacer un tipo de tienda, ¿Verdad?-
Martina asintió seria.
-Mientras haces eso, buscaré las almohadas.-
Estiré la sábana azul sobre la cama. Toda la habitación parecía tener un olor diferente al resto del hospital. No podía saber qué era, era un aura intangible que venía por parte de Martina.
Aseguré la sábana con la pata de la silla e una de las esquinas y, con la mesa, otra esquina de la sábana, finalmente al pie de la cama. Nos quedó una pequeña casa en forma de triángulo.
Martina colocó algunas almohadas dentro de ella, cubriendo el suelo por completo con ellas. Finalmente, nos metimos en la pequeña casa.
Era una casa o tienda bonita. La luz que venía del pasillo y la luz de la pequeña lampara de Martina se filtraban en el azul de la sábana haciendo que pequeñas sombreas aparecieran en el lugar. Nos acomodamos y me apoyé en la cama, estirando mis piernas. Martina habló en voz baja tratando de no romper el silencio que había aparecido entre nosotras.
-Lourdes, ¿Estás bien?-
-Estoy aquí para hablar de tus problemas, no de los míos.- Dije evitando su pregunta, mientra trataba de no dejar salir un suspiro que se había acumulado en mi pecho, trataba de darle mi mejor sonrisa a Martina. Me había estado conteniendo todo el día, pero había algo en este cuarto, la forma en que sus ojos me miraban, que se me hacía imposible seguir fingiendo más lo que sentía.
ESTÁS LEYENDO
Catch me, I'm falling. | Martuli Adaptación (G¡P) | [Terminada]
Fiksi PenggemarNo sé si se puede elegir a la persona de quien te enamoras, quien termina tomando un pequeño pedazo de tu corazón... Esa persona se lleva ese pedazo con ella cuando se va. Si alguien me hubiera preguntado, no creo que yo hubiera elegido a Martina Be...