Capítulo 6

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En medio del silencio de la noche, el tik tak de los tres relojes del hogar Bakugou metían ruido sigiloso

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En medio del silencio de la noche, el tik tak de los tres relojes del hogar Bakugou metían ruido sigiloso. Iban sincronizados, y al momento de que el minutero junto al segundero marcaran las tres, el guarda lápices del escritorio perteneciente al primogénito de ese hogar, se calló al piso.

Los lápices y bolígrafos rodar por el piso más su caída, levantaron al muchacho que dormía plácidamente. Su cuerpo se congeló por instinto, se puso temeroso sintiéndose acompañado, pensaba ver fuera de sus frazadas, pero su cuerpo trémulo y el sueño le retenía.

Aparte de los tik taks, oía sus propios latidos acelerados. Estaba asustado, y lo único que podía hacer era tragar saliva, porque nada más que esa acción era capaz de hacer y también parpadear.

«Maldita sea, otra vez no»

Arto de su situación indefensa y controlada sobrenaturalmente, su mano reaccionó, y prendió la lámpara de la mesita de noche. Su cuerpo se reincorporó sobre la cama, viendo hacia el escritorio. La oscuridad se hizo menos gracias a la lámpara, pero no había la suficiente luz como para opacar los brillantes ojos verdes.

Al espectro le dio unos tics en los hombros y cabeza, haciéndolo más tenebroso. Incluso tenía miedo de sí mismo, por lo que evitó mirar al espejo de su costado izquierdo.

—¿Deku?

Le costó a Katsuki pronunciar el sobrenombre. Y aun así estando afectado del miedo, no titubeó al hablar y se mostraba firme.

—No me veas así —La voz de aquel de ojos verdes se quebró, de verdad no estaba satisfecho con la mirada de asustado del de ojos carmín.

Como humo negro se esfumó de ahí dirigiéndose a la puerta, prendió la luz de la habitación y apareció de la nada sentando al pie de la cama, de cara a cara frente a Katsuki.

Entristecido, Izuku deslizó su vista a las frazadas, apresado de la vergüenza y enojo que le da verse así sin ninguna luz. Antes de que estuviera muerto ya odiaba las noches, y ahora las odiaba peor, mucho más si no había luz que ayude a cubrir su forma repugnante que tanto le es ofensiva para él y para los demás. Izuku era el que más estaba asustado.

—Diablos... ¿acaso quieres que me muera también? —Katsuki renegó en bajo volumen, sosteniendo su pecho que casi sufre de un Infarto—. Sabes qué, mejor olvídalo. Creí que te habías ido para siempre de mi puta vida cuando entré a clases. Ahora tal vez deba llamar a un exorcista o uno de esos loquitos que manejan velas y todas esas chucherías.

Las pestañas verdosas parpadearon, recordando de lo que se pasó haciendo todo el día. Radicalmente sus labios sonrieron de nuevo.

—Ah, no me fui a proposito. Seguía tus pasos con normalidad, hasta que vi a una señora de cabello negro ver a los estudiantes por las ventanas de cada aula. —Su mano hizo ademán de pensar por debajo de su barbilla—. Nana dice que se siente segura caminar por el pasillo oscuro que lleva al deposito y a la vez en las mañanas le gusta ver a la nueva juventud pasar clases.

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2022 ⏰

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(Corrigiendo) Antónimo de Efímero [BakuDeku] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora