❛ Tu deslumbrante figura pareciera como si todo el mundo es para ti. Cuando sopla el viento mis ganas de abrazarte crecen, pero tú siempre te estás alejando de modo que no puedo alcanzarte... ❜
Con discreción y cuidado dirigían sus desconcertantes miradas hacia el cachorrito que no había emitido ni una sola palabra en todo el transcurso del camino, algo sumamente inusual, teniendo en cuenta que por lo general aquel menor siempre que acompañaba en las expediciones o viajes se mantenía cantando y sonriendo; tal cual como un cálido y alegre conejito. Sin embargo, está vez parecía que por alguna razón se encontraba triste y decepcionado.
Aunque también asociaban que su extraña actitud era por toda la avalancha de emociones y experiencias que había tenido que pasar en estos últimos meses, por qué de no ser así;
¿Entonces cuál sería el verdadero motivo de su tristeza?
"Había una vez un dulce lobito que ya hace tiempo vagaba solo, sin padre ni madre..." De manera repentina comenzó a hablar un gendarme, e inesperadamente logró obtener la atención del más pequeño de los presentes. Ante aquello una sonrisa de victoria se formó en sus labios, y así, con el orgullo elevado prosiguió: "La brillante Luna lo llevaba observando varias noches, y al notarlo tan triste y solitario decidió hablar con el Sol, así, después de una larga charla ambos terminaron acordando que cuidarían del pequeñito lobo. Durante el día el cachorro se quedaba con papá Sol y cuando este debía irse aparecía mamá Luna, quién se ocupaba de cuidar y velar sus sueños..." El hombre arrastró sus palabras en el momento que notó los ojitos cristalizados de JeongIn; el cual presuroso volvió a ocultar su rostro en el pecho de su padre.
Inmediatamente el guardia comenzó a entrar en pánico, balbuceando cosas incomprensibles intentó buscar ayuda en sus compañeros, aunque en el proceso terminó sufriendo la indiferencia de cada uno de ellos; pues preferían no involucrarse en aquel asunto tan tenso. Sin saber que hacer o decir sólo pudo limitarse a ofrecer repetitivas reverencias en forma de disculpa.
Él de verdad no quería provocar que el pequeño hijo del líder se sintiera aún más melancólico, él sólo había planeado contarle un cuento para tratar de animarlo un poco, no obstante, todo le había salido mal. Negando y maldiciendo en su mente se dispuso a permanecer callado en lo que restaba del camino.
Por su parte MinHo; quién se había mantenido al margen de todo, soltó un corto suspiro para seguidamente comenzar a proporcionar leves caricias en el enmarañado cabello de su hijo.
"¿Te sientes mal?" El menor negó con un sencillo y lento movimiento de cabeza. "Bien... cuando lleguemos a la casa deberás tomar un largo baño de burbujas. Ahora mismo tienes el rostro totalmente sucio, pareces un conejito que ha estado buscando sus zanahorias por todo el campo." Bromeó, más sin embargo no recibió en respuesta aquella encantadora risita que tanto alegraba su corazón. Soltando otro corto suspiro se dispuso a seguir hablando: "Umh, ¿Tienes sueño o hambre? Por qué yo sí tengo demasiada hambre, creo que ahora mismo podría comerme un gran platillo d-"
Antes de que pudiera terminar de hablar, y sin ningún previo aviso fue interrumpido por la bajita y desanimada voz de su hijo.
"Yo tan sólo necesito que mamá vuelva." Espetó sin rodeos. Y dejándose guiar por el anhelo de su pequeño corazón continuó: "Sería muy agladable volver a sentir uno de sus calentitos abrazos..." El incesante sentimiento de aflicción logró ocasionar que un par de gotas saladas abandonaran su lugar de origen para dejarse deslizar por los suaves mofletes de JeongIn. "De veldad extraño mucho a mamá." Y con ello más lágrimas aparecieron.
Si bien en un inicio Lee permaneció desconcertado por las previas palabras que su pequeño cachorro había dicho, sin embargo, a los pocos segundos logró comprender y procesar sobre la persona a la que su hijo se refería, y es que no se debía de ser un genio para saber que aquel individuo se trataba del omega que ahora mismo se encontraba en cautiverio y en espera de un dictamen...
Suspirando y dando fin a su intento de conversación se limitó a no decir nada al respecto, ahora mismo prefería no tener que entrar en más detalles que causaran otro revuelo de emociones en el menor. Así, únicamente se dispuso a tratar de limpiar el rostro empapado de JeongIn para finalmente poder acurrucarlo en su pecho.
Al momento logró brindarle un agradable calor; aunque éste no podría compararse con la suave y protectora calidez que su madre le daría...
Por supuesto que ante aquel par de situaciones sucedidas todos los presentes decidieron seguir su andar en un total y profundo silencio, en el cual no se atrevían ni siquiera a emitir un pequeño suspiro, ya que querían evitar seguir aumentando la tensión e incomodidad en el ambiente. De tal forma, los únicos sonidos que logró acompañarlos fueron el canto de los pájaros despertando y el crujido de las ramas que las suelas de sus zapatos pisaban.
Gracias a la generosidad de la diosa luna el recorrido duró un corto periodo de tiempo. Así, después de una larga y dura noche sus cuerpos finalmente pudieron sentir un poco de tranquilidad al momento de llegar a la entrada de su acogedora manada, lugar en donde fueron recibidos con sonrisas y rostros de alivio. Ante aquel recibimiento todos comenzaron a corresponder las reverencias que se les proporcionaba, de ese modo cada uno se concentró en sus propios temas.
Mientras tanto JeongIn se mantenía indiferente y distante ante todos, únicamente se dedicaba a estar en cuclillas observando un diente de león clavado en el fresco pasto. Estaba tan distraído de su entorno que ni siquiera fue consciente del tiempo ni de los siguientes sucesos.
No fue hasta que la voz preocupada de SeungMin logró regresarlo de su burbuja:
"JeongIn, ¿Te encuentras bien?" Torpemente terminó asintiendo con la cabeza. Observando un poco a su alrededor pudo encontrarse únicamente acompañado por SeungMin y dos guardias que hablaban con su padre, ¿En qué momento se habían ido los demás? Sin saber la respuesta pudo simplemente seguir observando la flor en el suelo. Todo ante la mirada confusa de Kim, quién sin pensarlo dos segundos llevó su mano hasta los revoltosos mechones del menor. "Cachorrito...¿Por qué saliste de la casa sin avisar?" Cuestionó con voz bajita y proporcionando leves palmadas en la coronilla de su cabeza para así no asustarlo. "Todos nos preocupamos al no verte por ninguna parte."
"Seu, lo lamento mucho. No pletendía asustarlos, yo sólo quería buscal a mamá." Respondió frunciendo los labios, casi hasta formar un leve puchero. "Pensé que tal vez lo volvelía a encontral como el día que nos vimos en el bosque, cuándo él me salvó de ese lobo monstuo que me perseguía." Un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo al recordar aquel terrorífico momento en el que ese lobo de ojos profundos y aroma a vinagre no dejaba de seguirlo. Ese día realmente llegó a pensar que estaba acabado, pero gracias a las estrellas su mamá había aparecido para poder salvarlo y protegerlo. "Mientras caminaba comencé a escuchal muchos ruidos, sentí miedo y me oculte en el primer lugar que vi... tal vez por eso mamá no me pudo encontlal." Susurró alicaído.
«Aquí vamos de nuevo...» Fue lo único que pudo pasar por la mente de SeungMin, y es que por más que trataba de formular algunas palabras que pudieran ser útiles ante la situación, éstas no lograban ser encontradas. Mordisqueando sutilmente su labio inferior para instintivamente dirigir su vista hacia enfrente, lugar en dónde terminó topándose con la mirada de Lee, quien se quedó observándolo por un par de escasos minutos, pero sin decir nada se giró en sus talones para volver de nueva cuenta hacia el jefe de guardias y ahí poder soltar una simple oración:
"Traigan al prisionero ciento dieciséis."
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Heart Instinct 。.゚MinSung
Fanfic❛ 본능 ❜ | Fanfic Una noche de primavera, JiSung encuentra en el bosque a un pequeño cachorro de tres años que se encuentra herido de su pierna. Su instinto omega no le permite el dejar aquel cachorro solo, herido y expuesto ante el peligro del bosque...