O9; La llegada del Rey.

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El día que te encontré, un nuevo día surgió, sube las escaleras de la luz. El momento que soñaste en conocer el mundo, oh, muéstrame, oh, puedo estar ahí, sí, estaré allí, estaré ahí para ti.

El pequeño JeongIn observó cómo su madre entraba a la cocina con unas toallas blancas en las manos, inmediatamente sonrió al ver que su mamá lo veía, dedicándole así una sonrisa en la que sus pequeños ojos se cerraron hasta casi formar una línea, todo a causa de sus grandes mejillas, aquel pequeño gesto ocasionó que una risita se escapara de la garganta del omega. «¿Cómo puede ser tan tierno?» se cuestionó mientras seguía sonriendo.

JiSung realmente mentiría si dijera que la presencia de aquel tierno cachorro no lo hacía sentir feliz a él y a su lobo dañado, aquel cálido y sincero amor que les brindaba hacía que toda su situación actual fuera menos dura, además de hacer que el proceso de su lazo roto fuera menos doloroso. Aunque sabía que cuando llegara el momento de alejarse ambos sufrirían muchísimo, en especial su lobo.

Pues aquel animal sólo se estaba haciendo un falso cuento para así evadir la realidad a su condición; aquel triste lobo se estaba aferrando a una dulce mentira que había construido a base de ilusiones y mentiras. Y sabía que cuando llegara el momento de enfrentarse a la verdad era muy probable que su lobo no lo resistiera.

"¿Mamá? ¿Te sientes bien?" La suave voz de JeongIn hizo que saliera de aquellos pensamientos, soltando un suspiró asintió para seguidamente posicionarse detrás de él menor y así poder comenzar a secar su cabello mojado. "Ñam ñam, me gusta mucho la comida que mamá hace, ¡Sabe muy lica!" Mencionó mientras metía otra cucharada de guisado a su boca. JiSung sonrió sintiéndose halagado, usualmente cuando llegaba a cocinar para su hermano menor este le decía que su comida sabía pésima y por ello nunca se había animado a hacerle comida a su exesposo.

Cuando finalmente terminó de secar el cabello del cachorro comenzó a cepillarlo con un peine sándalo* para así poder desenredar aquel par de rizos azabaches. Al terminar de cepillar el cabello del menor le colocó una toalla seca en su espalda para así evitar que la humedad y el frío del cabello traspasará su espalda.

"Listo, ahora vamos a revisar tu herida de la pierna." El pequeño asintió con las mejillas rellenas de comida, se inclinó hacia atrás de la silla para así extender su pierna para que su mamá pudiera revisarlo.

"Mamá, ¿Después puedo comel bayas?" JiSung asintió sonriendo, seguidamente se colocó en cuclillas, dobló el pantalón del menor por arriba de su rodilla para ahí poder comenzar a revisar detenidamente aquella cicatriz en la rodilla y parte de la pierna, soltando un suspiro comenzó a limpiar la zona con un trapo y agua oxigenada, ante aquello el pequeño niño contrajo su pierna al mismo tiempo en el que hacía una leve mueca.

A pesar de que ya había pasado tiempo del accidente, la herida aún no lograba sanar por completo y eso causaba que en ocasiones le llegara arder o doler, lo cual no le sorprendía a JiSung, pues él había visto que aquella herida era profunda, provocando así su tardanza en sanar.

"Tranquilo." Susurró mientras se disponía a soltar feromonas para hacer sentir bien a su cachorro. Finalmente, al terminar colocó una gasa esterilizada junto a cinta quirúrgica para así ayudar a que la herida siguiera sanando adecuadamente. Ahora podía asegurar que ir a escondidas de su ex alfa a ayudar al hospital había servido de algo. "Bien, parece que ya está sanando, aun así debes cuidar que no vuelva abrir, ¿Bien?" El menor asintió con un repetitivo movimiento de cabeza.

"¿Ya puedo comel bayas?" Cuestionó mientras hacía ojitos de cachorrito al mayor, el omega rió mientras caminaba hacia la alacena para tomar un plato y llenarlo con bayas que estaban en el centro de la mesa, todo ante la vista del menor. "Mamá...extraño nuestro hogar." Soltó repentinamente, ocasionando sorpresa en JiSung. El pequeño niño suspiró. "También extraño a Seung y a papá Honnie, él siempre huele rico, su aroma hace que me sienta bien, pero me gusta más el aroma de mamá." Mencionó sonriendo.

JiSung se entristeció un poco, sabía que debía hacer todo lo posible para encontrar a los papás de aquel cachorrito. Suspiró para así poder comenzar a hablar, pero unos fuertes ruidos provenientes de la manada lo hicieron sobresaltar a él y al menor, ambos se quedaron en un total silencio para así volver a escuchar más ruidos y gritos, el omega agrandó sus ojos, «Carajo.» pensó mientras rápidamente tomaba al pequeño para poder dirigirlo a un escondite de la pequeña casa.

No sabía si aquel ruido era por un ataque o por algún festín, él sólo sabía que debía proteger a su pequeño niño. "Cachorro, debo salir a ver que sucede, pero para eso tú debes esconderte y no salir por ningún motivo. Si alguien llega a entrar no salgas, debes permanecer aquí hasta que escuches la voz de JaeHyun o la mía, ¿Entendido?" JeongIn asintió mientras aferraba sus puñitos a la ropa de mamá, no quería que se fuera y lo dejara solo; no quería volver a perder a su mamá, no ahora que lo había encontrado después de tanto tiempo.

Tras dejarle un suave beso en su mejilla se terminó saliendo de la casa con una daga en la mano, fueron tanto sus nervios que no fue capaz de cerrar adecuadamente la puerta de su pequeño hogar, haciendo que un conocido aroma para el cachorro comenzará a entrar al lugar.

"¿Papá?" Cuestionó mientras abría un poco la madera de la pared en donde estaba escondido, al abrirla pudo apreciar mucho mejor el aroma que estaba en la casa, confirmando en segundos que era el rico aroma de su padre, sonrió en grande para así poder salir de la casa e ir a reunirse con sus dos papás...

Mientras JiSung llegaba hasta el lugar en el que todo era un desastres total, las cosas alrededor estaban rotas, las personas se mantenían juntas, temblando de miedo mientras observaban al enfurecido alfa que se encontraba en el centro junto a su personal de guerra, Han suspiró al no poder ver con exactitud aquel sujeto, rendido terminó colocándose detrás de las personas para poder escuchar todo, escondiendo su daga en su bota.

"¿Dónde está mi hijo?" Cuestionó observando a la multitud, la cual permaneció en silencio ante aquella pregunta empleada. MinHo frunció el ceño. "Me llegaron reportes de que mi cachorro se encuentra en esta manada, ¡Así que lo quiero ahora!" Gruñó molesto, haciendo sentir intimidados a todos, su porte era demasiado intimidante, su mirada hacía temblar a cualquiera y sus expuestos colmillos de alfa provocaban terror; cualquiera tendría miedo de ser atacado o mordido por aquel feroz alfa.

Yeh ShuHua y SunWoo se acercaron aquel alfa. "Alfa, lamentamos decir esto... pero nosotros no tenemos a su hijo. No sabemos quién le haya dado aquella información, pero le aseguramos que no es verdad." Pronunció con voz firme la beta, debía permanecer fuerte, sin SangYeon la manada estaba indefensa y ella era ahora la única que estaba al mando y el cuidado de la manada.

Lee arqueo una ceja. "El reporte dice que está con un omega de aquí, si no me entregan a mi cachorro haré que mis hombres revisen a todos los omegas de esta manada." Mencionó gruñendo. "Y a todo esto, ¿Tú eres el líder de esta manada?" Yeh ShuHua negó, cosa que hizo enojar aún más al alfa, ¿Era acaso que el líder era un estúpido cobarde? Que ni siquiera salía a dar la cara por su manada. "Exijo ver al jodido líder, ¿Es acaso esto un secuestro para pedirme una recompensa? ¿Ustedes son parte de los crows?"

ShuHua negó jadeando al sentir como el alfa colocaba su mano en su cuello, ante ello todos los presentes soltaron un grito ahogado, JiSung al presenciar aquello agrandó sus ojitos, estaba dispuesto a salir a defender aquella beta, pero el agarre en su mano se lo impidió, al voltear se encontró con la mirada preocupada de JaeHyun. "No lo hagas." Imploró en un susurro, él sabía perfectamente que con aquella confesión estaba dando a una esclavitud o muerte asegurada, y él realmente no quería perder a su 'pequeño hermano'.

JiSung sonrió de lado. "Lo siento Jae." Y sin más se soltó en un brusco movimiento del agarre del alfa para seguidamente pasar empujando a toda la multitud que estorbaba su paso, cuando finalmente llegó hasta el frente soltó un suspiro para darse valor. "¡Yo tengo a tu hijo!" El castillo tembló ante aquella confesión, todo el reino se indignó y reprochó, pero que más importaba, aquel príncipe sin máscara ya no tenía nada más que perder, ¿Qué importaba si moría en la horca?

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*Sándalo : Madera de árbol, pesada y dura.




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Heart Instinct  。.゚MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora