Segundo libro de la trilogía "Nunca".
¿Podría ella perdonarme algún día?
Esa es la pregunta que siempre me hice y que sigo haciendo.
Pero ahora lo sé, ella jamás me culpó, se atribuyó todo a ella como si hubiese hecho algo mal; y eso me destruye.
...
El hombre rubio castaño se encontraba en el suelo llorando, su llanto parecía increíblemente desgarrador.
Habían marcas de sangre en sus nudillos y brazos, su cabello se encontraba totalmente revuelto y sus mejillas llenas de pecas ahora estaban inundadas con lágrimas.
En sus manos había una caja color turquesa que contenían unas cartas provenientes de un remitente llamado "Alaska".
El hombre dejó caer las cartas mientras se pasaba las manos por el rostro intentando quitarse las lágrimas para poder tener mejor visibilidad.
Luego de hacer eso, pareció encontrar algo en la caja que lo desconcertó y perturbó, unos zapatitos de bebé.
Entonces, mientras más buscó; encontró una prueba de embarazo..
¿Su Alaska estaba embarazada? ¿Su pequeña nieve, esperaba un bebé de él y él la había abandonado?
Esos fueron sus pensamientos, y esta vez ya no lloraba, no gritaba, no se movía.
Pareció haber entrado en algún tipo de shock.
Porque todo pareció encajar, todas las piezas que el hombre había ignorado habían formado un rompecabezas.
Y así se quedó durante horas.
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