Nuestra ultima cita

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Manjiro Sano.

Tras el enfrentamiento con Valhalla habían quedado muchas secuelas y preocupaciones. Ver a Baji en tan mal estado fue un shock emocional muy fuerte, sentí miedo y desesperación a tal punto de no ser capaz de tener control sobre mis propias acciones y arremetí contra todo mundo. Muchos de los miembros de ToMan resultaron gravemente heridos, sin embargo, una luz de esperanza siempre estuvo allí para rescatarnos.

De no ser por Takemichi hubiésemos perdido a Baji y por ende me hubiese perdido a mi mismo.

Siempre me he preguntado si en realidad Takemichi es un ángel que bajo de los cielos para cuidarnos, he perdido la cuenta de todas las veces que ha sido intermediario y portador de luz. Muchas veces siento que no merezco tanto, pero se que mi vida seria un completo fracaso sin él a mi lado.

Faltaba poco para que le dieran de alta a Baji, sus lesiones estaban casi sanas. Chifuyu y Kazutora iban fielmente todos los días a visitarlo mientras que mis demás hombres están casi completamente recuperados.

Logramos ganar la pelea, lo que significaba que estábamos un paso más cerca de tener el control de todo Tokio.

En otras noticias, Takemichi y yo estábamos cumpliendo siete meses de noviazgo. Me encontraba emocionado y nervioso, las manos me temblaban un poco y sentía como mi pecho se oprimía para respirar.

¿Por qué?

Porque estaba apunto de hacer la locura más grande de mi vida hasta el momento, le pediría matrimonio. Suena apresurado, son solo siete meses y aun no llegamos a los dieciséis años, pero, no tenia la menor duda de que quería compartir el resto de mis días con el. No me imaginaba una vida donde despertara y no viera su rostro por las mañanas, donde las plantas del jardín envidaran la belleza de alguien más, no me imaginaba un futuro donde mi héroe llorón no estuviera regañándome y cuidándome. Lo supe desde el día en que lo vi. Le quería entregar mi vida, mi alma, mis sueños, le quería entregar absolutamente todo a él.

-Emma, ayúdame con esto.

-Espera un momento.

Las manos de Emma envolvían cuidadosamente mi segundo regalo para Takemichi, mientras yo trataba de organizar correctamente el cuello de mi camisa, lo cual no lograba por lo temblorosas que estaban mis manos.

-Tienes que relajarte un poco- replico la rubia mientras ponía la caja sobre la mesa.

- Lo dices porque no estas apunto de tirarte la soga al cuello.

La chica negó riendo y se aproximo para arreglar el cuello de mi camisa, opte por una camisa blanca tres cuartos con unos pantalones negros y zapatos del mismo color, me sentía ridículo con esa ropa pero Chifuyu y Emma habían insistido en que esa era la mejor opción.

Mi corazón latía emocionado mientras imaginaba el momento en que estuviera de rodillas pidiéndole que me entregara la promesa de su amor eterno, si Takemichi me decía que no entonces probablemente dejaría que me arroyara un auto, pero no tengo la menor duda en que me optendria un si de su parte y con lo llorón que es probablemente llenaría de lagrimas todo el lugar.

- ¿Shin no ha regresado?- pregunte a Emma a lo que esta negó con la cabeza.

-Donde estará, no puedo irme sin su bendición.

- Ha estado muy raro últimamente, no se que le pasa.

- Se que está tenso por toda la situación de nuestro hermano perdido, pero no entiendo por que eso lo vuelve esquivo con nosotros- comente mientras miraba mis zapatos y trataba de acostumbrarme bien a ellos.

-Intente saber que le había dicho ese hombre con el que se encontró pero simplemente evadió la pregunta.

- Eso esta muy raro ¿crees que haya sucedido algo malo?

El hijo de nadie (un pecado inocente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora