Te amo para la eternidad.

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Manjiro Sano:

La risa de Takemichi era suave y delicada como la seda, su mano sostenía la mía mientras caminábamos escuchando el cantar de las aves y veíamos las mariposas volar de un lado al otro. Su sonrisa era gigante y sus ojos brillaban con aquella chispa genuina que tan propia de él. Pego su cuerpo al mío mientras lamia la paleta que le había comprado.

- Mikey-kun, es un día muy bonito ¿no crees?- pregunto mientras relamía sus labios y sonreía.

-No tan bonito como tu- respondí mientras pellizcaba su nariz con mis dedos, el resoplo y aparto la cara.

Pegue más su cuerpo al mío sintiendo su calor y la suavidad en el, mire el anillo en su dedo y sonreí, le quedaba tan lindo y brillaba tanto que captaba la atención de todo mundo. Los señores Matsuno estaban más intensos que nunca advirtiéndome de que si le hacia daño a Takemichi no la pasaría bien.

Tenia unos suegros un poco molestos.

Shini seguía estando raro y eso ya me esta preocupando demasiado, el siempre ha sido cercano a Takemichi, pero últimamente desde nuestro compromiso ha estado distante y neutro con él, tanto, que evita hablarle y cuando lo hace trata de no mirarlo a los ojos. No creo que mi hermano no este de acuerdo con lo nuestro, el siempre nos ha apoyado en todo, entonces no comprendo el porque de su actuar. Tampoco nos dice nada sobre nuestro hermano perdido, ni Izana ni Emma saben nada, así que el problema no es solo conmigo y la verdad no se que pudimos haberle hecho para que nos ignore tanto.

Los ojos de Takemichi me analizan y su mano van a mi mejilla para acariciarme suavemente.

-Estas muy pensativo ¿pasa algo?

- Nada... bueno, lo de siempre. Mi hermano esta raro, tu lo viste.

Su mirada va al frente mientras tuerce sus labios y vuelve a lamer su paleta.

-Si, lo he notado, parece no estar feliz con lo nuestro o solo soy yo pensando mucho.

Copio su acción y le doy un mordisco a mi paleta de hielo para luego seguir la conversación.

-No creo, el siempre nos ha apoyado, no entiendo porque no estaría feliz por nosotros, es...muy raro todo esto, Takemichi.

-Últimamente ha estado trabajando mucho y buscando a su hermano, debe tener más pistas de su paradero y todo eso ha de tenerlo estresado y sensible.

-Tal vez tengas razón, pero me molesta que no tenga la confianza de contarme las cosas y que además te trate indiferente- respondo frunciendo el ceño mientras suelto un bufido. Takemichi se frota en mi hombro y sonríe.

-Ya nos contara lo que sucede, no te preocupes.

Le regalo media sonrisa y seguimos nuestra caminata, hoy tendríamos una reunión con los miembros de Toman. Desde la pelea contra Valhalla muchos quedaron sorprendidos por mis acciones y eso puso en tela de juicio mi buen nombre como comandante, por suerte Takemichi estuvo a mi lado para ayudarme a arreglar mi situación con todos, en efecto, Takemichi era como un ángel mandado del cielo.

Micchi y yo seguíamos caminando, teníamos que llegar a casa de Senju, Hina y ella querían hablar sobre no se que con Takemichi, no me gustaba como Hina veía a Takemichi, pero a el le cayo bien desde que eran niños y no puedo oponerme a que comparta con ella, aun así, siempre ando vigilándolo.

- Mikey, cuando nos casemos quiero que nos mudemos a otro país.

Mire al chico el cual lamia el palito entre sus dedos y masticaba lo ultimo de su paleta.

-¿Enserio? ¿a que país?- pregunte mientras le sonreía

-Mmmm Colombia o Mexico, vistar America Latina.

El hijo de nadie (un pecado inocente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora