Capítulo 2: Lo que me rodea

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        Las familias son un mundo y cada una tiene sus peculiaridades, pero vivir en un sitio donde no estás a gusto es complicado de sobrellevar, pero si le sumas que hay una batalla sin frente y causa lo complica más. En casa somos cinco personas, mis dos hermanas Abby y Rachel, ellas son las preferidas de Félix, mi padre, son las que obtienen la atención total de él. Abby es la más pequeña de las dos, es por eso que obtiene toda la atención de él, luciendo nueva ropa y aspecto, cada vez que ella se lo propusiera y aunque no se lo mereciera acababa consiguiendo su propósito de ser el centro del mundo para mi padre. Dado que ella se siente como una Barbie con mil personalidades, aparentando un lado que ni siquiera existe en su interior, cuestiones de puro encaje social. Se creía que para seguir siendo popular en un centro educativo solo le bastaba con aparentar ser una diosa empedernida que solo quiere su felicidad. Asimismo, su familia dejaba de existir en el momento que entraba en su círculo social, hasta tal punto que no le importaba ridiculizarte delante de todos.

- Matthew, aún no sabes qué es la moda, que sigues vistiendo como un troglodita. Ah, perdón, es que eres uno de ellos. - Se reía mientras seguía caminando por el pasillo de la escuela.

- ¡De verdad, qué insoportable es Abby! Sigue siendo la misma caprichosa y mimada de siempre. No va a cambiar nunca. - Decía Noah con cara de irritado.

- Tranquilo, si se considera una superestrella, pero nada más hace que comprar cosas para satisfacerse y estar por encima del resto. - Le dije enojado.

Al verse rubia con los ojos verdes y una silueta atlética acompañada de unos rasgos faciales de modelo, que conjuntan con un look extrovertido pagado por papi. Podría ser más que el resto, pero ahí estamos el resto para recordarle quién es, no vaya a ser que se olvide. Solamente hay que tener paciencia y dejar que las cosas fluyan así ella sola se dará cuenta del ridículo que hace al perder todo su círculo por ser tan egoísta, manipuladora y engreída. Dado que todo taconcito debe de estar a su gusto, no vaya a ser que la niña de cristal se rompa.

- Déjala Matthew, siempre hace lo mismo esa loca. - Decía Rachel mirando con mala cara a Abby.

- Pero somos sus hermanos, no le hemos hecho nada para que nos trate así.

- Su cabeza no razona, ¿cuándo lo ha hecho? Se creía que por ir de pijita manda más que el resto, no sabe de dónde hemos salido. - Me contestaba Rachel llevándose la mano a la cara.

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Al otro lado de la cara está Rachel, la rebelde que sigue su propio rollo sin preocupaciones y formando su propio estilo de vida. Siempre viste con ropa que le representase en su estado de ánimo y así realizaba un conjunto cada día diferente. Pero justo cuando se fue la observé detenidamente y llevaba su look de color azul combinado con negro, le llama "Mar de lágrimas", ahí justo me di cuenta de que algo le había pasado para ir así y de tallaje grande. Ella es idéntica físicamente a Abby, lo que su personalidad es un vuelco de rosca, es por eso que ella es la que mejor me cae. Únicamente, es muy cerrada sentimentalmente a decir que le pasa, aunque expresa sus sentimientos en los colores y le pasa lo mismo al intentar socializar con el resto de la gente. Ya que es muy reservada y no le gusta abrirse a más gente para experimentar nuevas oportunidades con el resto, siempre le ha costado.

- Bueno, ¿vamos a clase, Noah?

- Vale, que nos toca deporte ahora, no te agotes que a la tarde vamos a entrenar. - Me dice Noah bromeando.

Cuando acabamos las clases, nos vino a recoger mi madre en coche. Esa alma que daba un amor incondicional que tanto quería a sus hijos dándole igual el género del mismo. La mujer que sacaba lo mejor de cada uno con su fuerza, vitalidad, superación y la sensatez que tanto le ayudaba a tomar buenas decisiones para la familia. Su aura que resplandece como el sol, dando luminosidad a nuestros caminos en la vida e iluminando nuestro dulce hogar con su presencia. Olivia es la auténtica Calíope, la musa más poderosa de todas, con su belleza y su hermoso tono de voz. Su pelo, rubio y largo, recién planchado. Siempre, impecable, incluso llevando unos vaqueros, una blusa blanca y unas vans old skool. Aunque en los días ejecutivos, aquellos en los que se reúne, viste con su perfecto esmoquin de tallaje ajustado.

THE SUNSET: El Amor Que PerdíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora