Esa llamada me hizo mal.
No pude dormir más y me quedé en la cama, enrroscada, asustada de que el loco de la llamada entre por mi ventana en cualquier momento.
Estaba evaluando las posibilidades de quien pudo hacer esa llamada cuando suena la alarma de mi celular anunciando que tenía que levantarme para ir a la escuela.
Como de costumbre papá preparó el desayuno, y estaba peleando con la abuela porque según ella el pan no estaba bien tostado.
-Abue, deja a papi en paz. ¿si?- le digo.
-Esta bien hija- dice ella.- pero sólo porque tú me lo pides.
Le sonrió y me siento a la mesa para desayunar.
De camino a la escuela me llega un texto.
"Apurate, no vaya a ser que alguien te haga algo ;) "
Me dio un escalofrío.
Miré a todos lados con la esperanza de ver alguien que me esté siguiendo o Espiando pero nada.
Decidí apurar el paso.
Llegue a la escuela.
Esta era la primera vez que me sentía feliz de llegar, me sentí segura. Entonces recordé que el acosador vio el incidente de el vaso.
Tratando de dejar los escalofríos de lado entre a mi primera clase del día.
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Es hora de volver a casa.
Todos los alumnos se juntan en la salida y todos apretujafos empujan para poder irse a sus casas.
Una vez que logró salir me pongo la capucha de la sudadera que traía y comienzo a caminar rápido.
Estoy pasando por una calle por la que necesariamente tengo que pasar y comienzo a sentir que alguien está detrás de mi. Que alguien me sigue.
Es ahí cuando me doy vuelta y veo que efectivamente hay alguien detrás mío.
El es alto, lleva una capucha también, caminaba rápido, como yo...
Como si quisiera alcanzarse.
Oh Dios.
Quiere agarrarme.
Camino más rápido, el extraño también lo hace.
Desesperada corro, veo un callejón y me meto en el.
El corazón no me para de latir a mil por hora, mi respiracio es acelerada y entrecortada.
Espero que el desconocido llegue.
Cuando pasa por en fre te de la entrada del callejón me le tiró enzima y logró derrotarlo.
Comienzo a darle golpes y después le sacó la capucha.
Cuando veo quien es acelerada vuelvo a golpearlo.
Era el idiota de Harrison.
-¡Maldito! ¡¿Qué mierda haces siguiendo me, pedazo de hijo de pura?!
Le gritaba mientras le pegaba, no podía parar.
-¿Pero que mierda te pasa estúpida? ¿Se te olvida que viví en la misma calle que tu Zoe? ¡Maldita idiota!
Era verdad...
-¡Pero que mierda tienes que hacer con esa maldita capucha y caminar tan rapido y seguirme y gritarme y... y... y...!
No lo podía creer.
Me puse a llorar. ¡A LLORAR!
Harrison me miraba sin entender.
-Ey. Tranquila Zoé.- seco una lágrima mía y acarició mi cabello - Se que sólo querías estar arriba mío y tocarme. Es normal.
Me levanté del piso, le grité que era un maldito idiota y segui mi camino a casa.
¿Cómo mierda podria ser tan idiota ese estúpido? Lo odio.
"Mentirosa"
Me dijo una voz interna.
Llegue a casa cansada y aturdida por todo lo que paso hoy. Dejé mis cosas y entre al baño a darme una ducha.
Sentí el agua caliente relajando mis músculos y me olvide de todo por unos 20 minutos.
Cuando salí vi que tenía un mensaje Con una foto adjunta.
"Deberías tener más cuidado con tus cosas en la calle. Uno nunca sabe cuando se te va caer algo y en las manos de quien pueden caer"
Una foto de llaves estaba adjunta.
Mis llaves.
De mi casa.
En manos de un loco
Estoy muerta.
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Hooooooolaaaaaaaaaaa
Eh vuelto!!!
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Besitoooos
