𝐂𝐚𝐩 16

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𝐂𝐡𝐚𝐫𝐥𝐨𝐭𝐭𝐞 𝐌𝐞𝐲𝐞𝐫

~𝐒𝐢𝐞𝐭𝐞 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬~

Muevo mis caderas sensualmente al ritmo de la cancion de Sam Smith unholy, que pienso que salio en el momento perfecto. Mi falda de cuero negra se sube un poco, sonrio seductora sin quitar mi mirada en el rubio de ojos negros, piel blanca con tatuajes a la vista en su cuello. Me devuelve la sonrisa, bebe de su trago de un sorbo pasa su lengua por sus labios y sus ojos destellan deseo puro y que tiene muchas ganas de cogerme como gaveta que no cierra.

Con pasos firmes voy a su mesa moviendo mis caderas de un lado a otro, hasta sentarme alfrente suyo, cruzo mis piernas una arriba de la otra. Agarro mi cabello castaño echandomelo todo aún lado de mi cabeza dejando mi cuello espuesto.

𝑳𝒍𝒆𝒗𝒂 𝒓𝒂𝒕𝒐 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒓𝒗𝒂𝒏𝒅𝒐𝒎𝒆, ¿𝒍𝒆 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐 𝒂 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒕𝒂𝒍 𝒗𝒆𝒛?- me inclino un poco hacia adelante dandole una buena vista de mis pechos y acaricio su mano con las yemas de mis dedos.

𝑵𝒂𝒅𝒊𝒆 𝒊𝒎𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂𝒏𝒕𝒆, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒕𝒖𝒔 𝒎𝒐𝒗𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒎𝒖𝒚 𝒉𝒊𝒑𝒏𝒐𝒕𝒊𝒛𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔, 𝒗𝒖𝒆𝒍𝒗𝒆𝒔 𝒍𝒐𝒄𝒐𝒔 𝒂 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔- responde sin quitar sus ojos de mis pechos y de los tatuajes que los adornan.

¿𝑻𝒖 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒐, 𝒐 𝒎𝒆 𝒆𝒒𝒖𝒊𝒗𝒐𝒄𝒐?- pregunto

¿𝑼𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒈𝒐 𝒑𝒓𝒆𝒄𝒊𝒐𝒔𝒂?- pregunta

Aww, perdón querido yo nunca acepto tragos de hombres.

¿𝑷𝒖𝒆𝒅𝒐 𝒔𝒖𝒈𝒆𝒓𝒊𝒓 𝒐𝒕𝒓𝒂 𝒄𝒐𝒔𝒂?- muerdo mi labio con mi pies acaricio su pierna para que entienda el mensaje.

¿𝑻𝒖 𝒄𝒂𝒔𝒂 𝒐 𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒂?- pregunta

𝑳𝒂 𝒕𝒖𝒚𝒂 𝒈𝒖𝒂𝒑𝒐- respondo

Deja el dinero de su trago en la mesa, nos colamos entre la multitud que baila en la pista hasta llegar a la salida. Me lleva a su Bugatti negro, abre mi puerta, entro y mientras da la vuelta pienso en mi plan.

¿𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒆 𝒍𝒍𝒂𝒎𝒂 𝒑𝒓𝒆𝒄𝒊𝒐𝒔𝒂?- pregunta

𝑳𝒐𝒏𝒅𝒐𝒏 𝑵𝒚𝒍𝒂𝒏𝒅- miento

𝑵𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆 𝒓𝒂𝒓𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒚 𝒕𝒖 𝒂𝒄𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒆𝒔 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒄𝒂𝒍𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆- dice

Si supieras cuántos cayeron en mis trampas con solo hablarles. Lo que parecio horas de viaje para mi realmente fueron unos treinta minutos estacionandoce alfrente de su garage de una más o menos mansion. Abre mi puerta.

¿𝑬𝒔𝒕𝒂 𝒆𝒔 𝒔𝒖 𝒄𝒂𝒔𝒂?- pregunto fingiendo incredulidad.

¿𝑵𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒛𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒐 𝒅𝒊𝒏𝒆𝒓𝒐?- pregunta con un poco de gracia en su voz.

Para vender pornografía infantil es obvio que tendrás mucho dinero, pero no más que yo pedazo de mierda.

𝑵𝒐 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒐- rie por mi comentario. Agarra mi mano llevandome dentro de ella encontradome con una enorme sala con paredes blancas y todos los muebles negros. -𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒐𝒔 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒐𝒔 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒐𝒔.

𝐌𝐢𝐧𝐞 𝐀𝐧𝐝 𝐎𝐧𝐥𝐲 𝐌𝐢𝐧𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora