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Pizza

La mesa de marfil estaba toda sucia por una gran mancha color carmín de sustancia levemente viscosa, a pocos centímetros el polvo blanco cubría gran parte del lugar y más las herramientas de metal. Había un silencio perturbador en toda la estancia el cual fue interrumpido cuando el alfa ojiverde estrelló el frio y puntiagudo metal del filoso cuchillo sobre el lugar.

—Volverán a tomarlo sin delicadeza y lo dejaran caer —dijo tomando la masa sin piedad y azotándola en el frio marfil haciendo que la sustancia rojiza salpicara un poco en su cara—, golpearan con toda la fuerza que puedan, no tengan miedo, lo que está hecho, esta hecho —empezó a golpear con sus grandes puños la masa dejando la marca de sus anillos en ella mientras la veía como si se tratara de su peor enemigo.

Las dos personitas presentes ladearon sus cabezas en sincronía con curiosidad mientras observaban a su papá con los ojos muy abiertos, mientras este preparaba de una forma no muy ortodoxa una pizza.

Hyunjin sujetó la hoya con la salsa de tomate para esparcirla sin cuidado por la masa. —Se vacía y untamos para al final agregar el queso.

—¿Y listo? —preguntó el menor de los mellizos, Riki, con un brillito en sus ojos.

—No Riki, se tiene que meter ahorno —respondió con obviedad la melliza mayor, Yeji.

Ambos pequeños de siete años miraron expectantes a su padre, el cual aún tenía la mirada fija en la pizza ya casi terminada llevándose una mano hasta su mentón pensativo sin cuidado alguno manchándose con salsa de tomate y harina la zona, después de unos segundos examinando su creación bajó su mano rendido limpiándosela sobre su mandil con estampado de gatito.

—Algo le falta pero no sé qué es, me rindo —declaró Hyunjin.

Los niños soltaron un abucheo hacia su padre pues llevaban todo la tarde viendo como intentaba hacer la pizza, pero se callaron rápidamente al escuchar esa melodiosa y leve risita a sus espaldas que hacía que el rizado sintiera ese revoloteó en su estómago.

El trio se volteó a al mismo tiempo sonriendo enormemente al ver al lindo omega de ojitos azules, el cual se acariciaba su vientre hinchado de cinco meses sobre una gran sudadera negra mientras veía divertido a su alfa y sus dos cachorros.

—Creo que te falta el pepperoni amor.

Hyunjin miró de nuevo la pizza con una mueca viendo que efectivamente faltaba el ingrediente y después a su omega el cual ya estaba siendo abrazado por los mellizos pero ambos teniendo cuidado de no aplastar la pancita de su mami.

—Mami, papi es muy malo cocina —dijo Yeji, la pequeña omega, mientras se frotaba su carita en la prenda de Louis tratando de impregnarse con su aroma a fresas.

—Cocinando cielo —corrigió el ojiazul.

—¡No soy malo en la cocina!

—Si lo eres papi —agregó Riki.

Hyunjin se quitó el mandil para después caminar lentamente hacia su hijo el cual lo miraba divertido. —¿Ah sí alfita?

El pequeño de cabello castaño se echó a correr antes de que Hyunjin pudiera alcanzarlo riendo sonoramente mientras era perseguido por su padre por toda la gigantesca estancia, claro que Hyunjin corría muy lento dándole ventaja a su niño.

—Okay dejen de correr que se van a caer —declaró Felix el cual caminaba lentamente de la mano de su hija para sentarse en el sofá blanco.

Riki de un brincó, aun riendo, también se subió al sillón abrazándose del brazo de su mamá buscando cierta protección la cual se logró cuando Hyunjin se detuvo sacándole la lengua a su hijo infantilmente el cual solo se ruborizó un poco para reír y esconderse detrás de Felix.