capitulo 2

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¿Tienes ropa para prestarme?

ahora buscó -de su clóset saco una pijama, la cuál le quedaba un poco grande- ¿Te quedarás a dormir verdad?

claro que sí -se acerco a Akane y dejo un tierno beso sobre sus labios, el contrario solo respondió con una sonrisa.

toma entonces.

Akane se sentó en la cama mientras Teru se vestía, lo miraba atento sin decir nada.

deja de mirarme cuando me visto.

no te miraba a ti, idiota.

Mentira, obviamente lo miraba, le gustaba admirar su trabajado cuerpo, le parecía tan jodidamente atractivo y sexy el cuerpo de Teru.

Se preguntaba desde cuándo habían iniciando eso, ¿Desde cuándo se volvió costumbre el tener sexo con Teru? ¿En qué tipo de relación se encontraba con él? Definitivamente no eran amigos pero tampoco una pareja formal, tampoco estaba dispuesto a preguntarle a Teru, tenía el miedo de oír que solo era alguien con quién tenía sexo, le lastimaría eso. Desde hace más de 1 año que Akane estaba enamorado de Teru, nunca se tomó el tiempo para decirle sobre sus sentimientos a Teru.

Vayamos un poco atrás, al momento en donde Akane y Teru se conocieron.

La familia de Akane acababa de llegar a su nuevo hogar, por cuestiones de trabajó tuvieron que mudarse. Para Akane no era raro mudarse, ya llevaba más de 3 casas diferentes en las que vivía, no solía ser un niño muy sociable por lo que hacer amigos nunca le fue necesario, además, si iba a estar mudándose constantemente ¿Qué caso tenía el hacer amigos?

—akane ven, iremos a saludar a los vecinos, esta vez no te preocupes por no hacer amigos, estoy segura que esté será nuestro hogar definitivo -su madre le dedico una cálida sonrisa, le creyó en seguida, su madre no le mentiría con aquella sonrisa.

Con una caja de galletas en manos su madre tocó aquella puerta, Akane no estaba de acuerdo en hacer amigos pero debía intentarlo ¿No? Al menos por su madre. De aquella casa salió una mujer de pelo rubio y ojos azules con 2 pequeños detrás de ella.

—buenos días, somos los nuevos vecinos, esperamos llevarnos bien con ustedes.

—¡Oh! Encantada de conocerlos, espero lo mismo, ellos son Teru y Kou, mis 2 hijos y por lo que veo usted también tiene uno.

—él es Akane, es un poco tímido pero es un niño encantador -detrás de ella salía el pequeño Akane.

Detrás de aquella hermosa mujer se acercó el hijo más grande primero.

—mucho gusto Akane, espero que seamos amigos -extendía su mano para poder estrecharla con el pequeño a lo que Akane la estrechó sin quejas.

—yo también lo espero -lo dijo en un tono bajo pero lo suficientemente fuerte para que Teru lo oyera, después de eso su madre entrego aquella caja de galletas y se retiraron a casa.

Los años pasaron y aquellas palabras que dijo Teru se cumplieron, aquellos dos se habían echo amigos.

—Akane, ¿Con quién te casarás cuando seas grande? Yo me casare contigo.

—yo- no sé con quién me casare.

—es obvio, te casarás conmigo.

Aquellos inocentes niños se habían prometido casarse cuando ambos fueran grandes, no sabían lo que conllevaba eso, fue una promesa de niños pequeños que posiblemente ninguno de los 2 fuera a recordar más tarde.

Pᴀsᴀᴅᴏ - Terukane Donde viven las historias. Descúbrelo ahora