Les contaré una pequeña historia:
Una niña sentada en un columpio , congelada la imagen , se va haciendo más grande sin salir de allí . Se balancea hacia delante , hacia atrás , muy hacia adelante , muy hacia atrás. Cayó por tomar tanto impulso , se raspó las rodillas y las palmas de las manos . Pero lo vemos por el lado positivo , ya no está allí sentada . Se levanta , sacude su ropa y comienza a andar . A medida que va caminando se va quejando del ardor de sus rasguños y mira hacia atrás con nostalgia a aquel columpio que fue su lugar durante tanto tiempo , no siempre era cómodo pero le agarró cariño a aquello que conocía tan bien . Hasta que por fin con trabajo sale del parque y vislumbra la cantidad de caminos y lugares nuevos e interesantes que hay por conocer y así la niña olvidando el dolor de su cuerpo corre hacia lo desconocido y no vuelve .
Pero te cuento un secreto :
Cuenta la leyenda que esa niña ya convertida en mujer cada cierto tiempo pasa por el parque , entra y se sienta de vez en cuando en aquel columpio , se mece un poco recordando todo , una lágrima recorre su mejilla , besa cada una de las cadenas que la sostienen y sonríe dando gracias por todo aquel tiempo en que soportaron su peso .
Y luego se marcha sin dejar rastro de su estadía , murmurando un :
Yo estuve ahí .
