Ariana observó impactada su alrededor, que parecía ser un océano de polvo marrón, se tocó las piernas y sorprendentemente descubrió que estaba ilesa, sin un mínimo raspón. Lentamente comenzó a reincorporarse sintiendo un leve dolor de cabeza, mientras sus oídos seguían recibiendo un inmenso zumbido que a duras penas le permitía escuchar sus pasos. La joven posó sus ojos en el cielo, perdiéndose en el color azul pálido del mismo, mientras estiraba sus brazos incrédula de estar en una pieza luego de la gigantesca caída. Los zumbidos comenzaron a desaparecen, a medida de que el polvo se disipaba y los sonidos de la naturaleza volvían a invadir el lugar, la muchacha se limitaba a encontrar cada rastro de su forzoso aterrizaje intentando encontrar una explicación lógica sobre lo que estaba sucediendo.
En primer lugar había un gran agujero en el techo de madera, eso le indicaba que efectivamente había caído desde el cielo, luego se encontró con una cama hecha trizas a la cual le atribuía el hecho de no haber sentido la caída. Pero aun así, nada le daba la explicación de no tener un solo moretón luego de un golpe de semejante magnitud. Su mente pronto se pregunto en donde estaba, no parecía ser su casa y no tenia un aspecto moderno, invadida de interrogantes la joven comenzó a bajar por las primeras escaleras que se encontró.
Estaba agradecida de haber utilizado un vestido blanco y largo para dormir, ya que no era tan vergonzoso pasearse con un vestido que con un pijama, sin embargo le apenaba el hecho de haber destruido toda una habitación y ni siquiera saber en donde se encontraba. Al descender se encontró con un pequeño pasillo sin iluminación artificial pero que dejaba vislumbrar una luz hacia el frente, tímidamente fue acercándose mientras que su corazón comenzaba a latir rápidamente, en esa luz podía encontrarse cualquier cosa y era muy poco probable que le dieran una bienvenida amistosa.
Finalmente llegó a lo que parecía una sala humildemente amueblada, había dos estanterías con algunos libros viejos a la izquierda, mientras que la luz se filtraba por dos enormes ventanales sin cortinas. En el centro se disponía una pequeña mesa tallada a mano rodeada por dos sillones de cuero marrón que finalizaban aquel espacio. Ariana sintió un ruido proveniente de la cocina, el silbido del agua dentro de la pava al calentarse, sin embargo, en apenas un parpadeo notó como una figura baja la retiraba y se encaminaba hacia donde ella estaba. Atemorizada intentó ocultarse pero una voz suave la detuvo, justo cuando comenzaba a desesperarse debido a no encontrar un escondite.
-Tranquila jovencita, no te haré daño, no podría
Una anciana bajita y encorvada se asomó desde el marco de la puerta, trayendo en sus manos una bandeja con dos tazas y el agua recién calentada dentro de una pava de plata. Ariana se tranquilizó momentáneamente mientras la dueña del hogar le invitaba a tomar asiento, al parecer no tenia o no quería preocuparse por lo que había ocurrido con la habitación superior.
Ariana: ¿Disculpe pero donde estoy exactamente?
Anciana: Muy lejos de tu hogar por lo que veo, pero creí que lo sabrías teniendo un amuleto en tu cuello.
Ariana: ¿Se refiere al collar?
Las manos de la joven tomaron delicadamente la joya rosa, que parecía apagada y sin vida, pero reflejaba perfectamente el rostro desconcertado que la observaba. La anciana tomó tranquilamente un sorbo de su té para luego mirar con sus pequeños ojos grises al collar que ahora estaba abrazado por los dedos de Ariana y no parecían querer soltarlo.
Anciana: Solo un pequeño grupo de personas están autorizadas a tenerlos, dicen que tienen poderes más allá de la imaginación, incluso el poder de burlar a la muerte.
Ariana: Ok... esto ya es muy raro y estoy segura de que estoy soñando entonces ¡Despierta Ariana!
La joven se pellizco a si misma pero a pesar del agudo dolor no parecía cambiar el hecho de que se encontraba en aquella casa, junto a una humilde anciana y con un artefacto sacado de los libros que mas leía. Sin darse por vencida la muchacha corrió a gran velocidad hacia la cocina y se echó agua helada a la cara, cosa que tampoco ayudo en lo absoluto más que para lavarse el diminuto polvo que la había ensuciado. Se negaba y sacudía su cabeza sin aceptar que todo era real, finalmente tras varios intentos que solo parecían divertir a la señora, volvió a sentarse cruzándose de brazos sin encontrar una razón lógica, al parecer ese día la lógica no era una opción.
Ariana: Me rindo, si esto es un sueño realmente no es divertido.
Anciana: No jovencita, es muy real, solo que los amuletos son tan misteriosos que nadie los recuerda. Parece que no eras su dueña original.
Ariana: Solo fue un regalo de un fan que no conozco, pero fue tan dulce que lo acepte, solo quiero regresar a casa.
Anciana: Tenemos un problema, si no sabes como funciona podrías terminar varada en cualquier lugar antes de regresar a tu hogar, pero es muy peligroso el quedarse los amuletos despiertan la codicia y el odio de quienes ansían el poder.
Ariana: Y ahora supongo que como la elegida debo emprender una búsqueda mágica que me llevara a un lugar encantado. ¡Por favor! Apenas creo en este cuento.
La cantante hablaba con su corazón, era imposible creerse esa historia a la primera. Pero poco a poco fue aceptando lo que ocurría, si el amuleto podía burlar a la muerte eso explicaba su milagroso estado y el misterio de su origen parecía aclarar las dudas sobre la persona que se lo había regalado en primer lugar. Palabra tras palabra, empezó a darse cuenta que la mujer no estaba loca y que al parecer todo lo que veía, sentía y olía era tan real como su familia.
Finalmente suspiró profundamente y comenzó a cantar, no había una radio o una televisión pero tampoco parecían existir en aquel lugar. Su canción resaltaba la melancolía que la atormentaba, el sentimiento de angustia por estar sola en un lugar diferente y el deseo de volver a ver a sus seres queridos. La gema nuevamente comenzó a cobrar color, encendiéndose en un destello rosado que ilumino toda la casa, la anciana por su parte miraba maravillada por la voz de Ariana y por como su collar reaccionaba a ella.
Anciana: Son tus emociones, debes confiar y seguir adelante.
Ariana abrió sus ojos y observó como la luz rosa se apoderaba de todo el entorno extinguiendo lentamente la figura de la humilde anciana, dejando un eco lejano de su voz fluir por el ambiente. Una lagrima rodó por su mejilla izquierda, como si una parte de su ser se negara a abandonar aquel lugar, no lo comprendía pero una especie de afecto le había unido emocionalmente con aquel lugar.
Extendió su mano derecha y rozo con la yema de sus dedos la luz que la rodeaba que como una burbuja se reventó, dejando al descubierto un paraíso frente a sus ojos. Una cascada caía suavemente frente a ella, que desde la orilla de un hermoso lago natural la observaba de frente, las rocas grises eran recorridas por finos hilos de agua mientras que la vegetación verde y viva rodeaba con suavidad el entorno. Los árboles dejaban caer sus hojas amarillas al suelo, mientras que otras tomaban su lugar en las desnudas ramas grises, maravillada por tal belleza Ariana se relajó y por un segundo olvidó completamente sus preocupaciones. El canto de los pájaros en perfecta melodía con el ruido del agua al romperse contra el suelo, logró que su corazón se invadiera de una calma sin precedentes, este era realmente un mundo nuevo y lleno de posibilidades tal como prometía la misteriosa nota. El ambiente ahora tenia el aroma de los frutos frescos del bosque, que invadían cada centímetro del lugar llenándolo de vida y felicidad.
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El amuleto
FanfictionHistoria fantástica que se basa en los misteriosos sucesos que ocurren cuando Ariana encuentra un misterioso amuleto.