Naruto Uzumaki se reencarnó en el mundo de un juego otome sin saberlo. En este mundo, las mujeres dominan a los hombres y estos últimos son considerados sólo como ganado. Las únicas excepciones son un grupo de apuestos jóvenes liderados por el prínc...
Tras el duelo, el príncipe había sido llevado a la enfermería. Angelica se había quedado junto a su cama hasta que despertó. Lo que el joven estaba haciendo unos minutos después; luego, por unos momentos, hubo un silencio incómodo entre ellos. Angelica no sabía que decir al príncipe.
“Estoy aliviada... realmente aliviada de que esté a salvo, su alteza”, —comenzó Angelica.
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“Deja de fingir, el que me derrotó fue tu lacayo”, —indicó Julius.
“Su Alteza... Dígame, por favor. ¿Qué es lo que no le gusta de mí? Siempre he hecho todo por usted”.
“¿Conoces mi plato favorito?”
“¡Claro! La sopa, especialmente la de...”.
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“No. Los anticuchos que comí en secreto estaban deliciosos. Pero no podía admitir que me gustaba la comida de plebeyos. Marie lo notó... Fue el destino”.
“...”
“Sé que fui grosero contigo y tu familia, pero no puedo amar a nadie más que a ella”, —dijo Julius.
“¡Todavía quiero estar a su lado!”, —Angelica le suplicó con lágrimas en los ojos.
“... No puedo amarte”.
“... Muy bien, le deseo su felicidad desde lejos”, —continuó Angelica mientras salía de la habitación.
“... Desearía que me lo hubieras dicho antes”, —murmuró Julius.
Unos días después, Naruto se dirigió a la casa principal de los Redgrave. Para mejorar un poco las cosas, el rubio había tomado parte de las monedas de platino que había ganado en la apuesta del duelo. Yendo allí, el joven fue luego llevado al padre y también al hermano de Angelica.
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