—Ya veo... –dice una voz a través del teléfono– así que se trata de eso...
—¿Y bien? –le responden– ¿Cuál va a ser tu respuesta?
—No sé si vaya a ser una buena idea, Seigou-kun –sonríe con burla–, ya sabes que yo no valgo para gerente.
—Mocosa insolente –ríe este al otro lado de la línea–, no te preocupes por eso, no serás gerente –hace una larga pausa–. Serás la mano derecha del seleccionador nacional para dirigir a Inazuma Japón hacia la cima del mundo –grita con entusiasmo.
—En ese caso –se relame con una marcada sonrisa de suficiencia–, supongo que no tengo más remedio que aceptar.
—Dentro de dos días tendrá lugar un partido oficial para elegir a los jugadores que formarán parte del Inazuma Japón. Se jugará en el Instituto Raimon y eres bienvenida a unirte al público, así como también a observar entre las sombras si así lo prefieres.
—Adoro lo bien que me conoces –dice risueña la voz femenina–. Nos vemos, Hibiki-san –cuelga.
La selección japonesa para el Football Frontier International... –piensa la joven muchacha a la vez que se deja caer de espaldas al sofá– Hibiki no es idiota, y estoy convencida de que él también habrá sido convocado para realizar la prueba... –suspira– Supongo, que estará bien volver a verlo –se estira sobre sí misma para poder alcanzar un roto portarretratos colocado cuidadosamente sobre la pequeña mesa–. Solo espero que no me odies demasiado –piensa en voz alta a la vez que acaricia el pequeño rostro que muestra la vieja fotografía por sobre el cristal.
Vuelve a posar el marco junto al teléfono con suma delicadeza y, de un rápido y grácil salto, se pone en pie, con ningún otro pensamiento en mente más allá del balón de fútbol que se encuentra abandonado en un rincón a la entrada de su humilde apartamento. Se calza sus adoradas y desgastadas zapatillas rojas, que más bien parecen color barro, y patea el esférico para elevarlo al aire, atrapandolo en su punto álgido y con una leve sonrisa sale con prisa hacia el campo ubicado al lado del río.
Qué mejor momento para practicar con un balón de fútbol que un sábado a las ocho de la noche –piensa sarcásticamente para sí con genuina diversión.
Grande es su sorpresa cuando al llegar distingue la figura de dos individuos: uno de ellos de pie sobre el césped y el otro en el camino, apunto de retirarse de la escena.
—Basta con pensar en la selección nacional por ahora –le grita aquel sobre el pasto.
—Nos encontraremos en el partido de selección –le responde el de la capa alejándose.
—¡Sí! ¡No voy a perder! ¡Y vamos a ir al mundo juntos!
Decidiendo mejor no interferir en asuntos que le son ajenos esperar hasta que el chico de la bandana se queda solo, aún parado sobre el césped; y con fuerza le lanza el balón que lleva bajo el brazo a dicho muchacho como saludo de bienvenida, a lo que este consigue detenerlo extrañándose de su potencia.
Sin duda, tiene buenos reflejos–piensa para sí la chica–. Disculpa –habla en alto saliendo de su escondite–, se me ha desviado el tiro –aclara con fingida inocencia– ¿estás bien?
—¿Ehh? –mira con desconcierto el balón en sus manos– Ahh, sí, sí, no te preocupes... ¡Ehh! ¿Este balón es tuyo? –habla con una emoción apenas contenida– ¿Tú también juegas al fútbol?
—Sí... bueno, más o menos –continúa con su actuación.
—¡¡Eso es genial!! ¿Pero qué haces aquí tan tarde?
—Es que salí a entrenar y no me di cuenta de la hora –ríe con nerviosismo.
—A mí también me pasa lo mismo –ríe con ella.
—¿Te apetece jugar un rato conmigo?
—¿¡EN SERIO!?
—Huumh –asiente con una gotita en la cabeza por su entusiasmo– Juegas de portero, ¿cierto?
—¿Cómo has sabido que juego de portero?
—Bu-bueno –finge nerviosismo– detuviste el balón con las manos. y co-como preguntaste si "tambien" jugaba al fútbol simplemente lo supuse.
—Ahh, así que era eso –habla en tono pensativo a la vez que le dedica una de sus peculiares sonrisas–. Pues sí juego de portero.
—Perfecto, entonces, ¿qué te parece si hacemos un 'uno contra uno'? Yo lanzo y tú paras.
—¡De acuerdo! ¡Me parece bien!
Para cuando han terminado la conversación ambos se encuentran ya en la zona de penalti por lo que rápidamente cada uno adopta la posición que le corresponde. Y mientras él se coloca los guantes. ella aprovecha para realizar algunos estiramientos.
—¿Estás listo?
—¡Hai! Lanza cuando quieras.
Actuando torpemente realiza un lanzamiento desviado hacia la portería que termina por sobrepasarla por mucho; el segundo, sin embargo, rebota en el poste superior tan solo para acabar directamente en las manos del portero.
—No pasa nada, vuelve a tirar –le devuelve el esférico–. Seguro que a la próxima sale mejor –sonríe con verdadero entusiasmo.
En esta ocasión, la mirada le cambia y dirige un potente tiro en línea recta hacia el centro propio de la portería donde nuestro sujeto parece tener problemas para detenerlo sin la ayuda de una técnica hissatsu, pero finalmente, cuando el balón deja de girar cae directamente a sus pies.
—Ese tiro ha sido impresionante –habla mirando sus manos–. ¿Cómo has...? –al levantar la mirada tarda un momento en ubicar a la chica, en la lejanía, al pie de las escaleras.
—¡No esperaba menos de ti, Endou Mamoru! ¡Ha sido un placer conocerte!
—¿¡EHH!? ESPERA –grita emprendiendo una carrera con la pelota en sus manos–, TU BALÓN
—¡Devuélvemelo cuando nos veamos de nuevo!
Por un instante parece confuso y hasta sorprendido, pero no le dura demasiado cuando, con una sonrisa que pareciera no caberle en la cara, le grita una respuesta afirmativa a la fémina. Sin duda alguna este chico es un loco del fútbol y todo lo que no está relacionado con él parece carecer de importancia.
—¿Ehh? –vuelve a su estado de confusión– ¿Cuando le dije mi nombre? --medita en voz alta–, ¿cómo lo supo?, ¿hmmmmm? –RING RING suena el teléfono sacándolo de su ensoñación– Moshi moshi
—Pero vamos a ver, Mamoru, ¿SABES ACASO LA HORA QUÉ ES? –grita una voz al otro lado de la línea haciendo que separe el aparato de su oreja– HACE TIEMPO QUE TENDRÍAS QUE HABER VUELTO A CASA, ¿SE PUEDE SABER DÓNDE DEMONIOS ESTÁS?
—¡AHH, MAMÁ! Lo siento, lo siento, es que se me hizo tarde entrenando.
—Si es que... mira que lo sabía. ¡VUELVE DE INMEDIATO A CASA EN ESTE INSTANTE!
—Ha-hai –responde con nerviosismo a la vez que recogiendo su cartera comienzan a correr en dirección a su casa.
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Saudade | Inazuma Eleven
FanfictionEl día en que se celebró la reunión para anunciar el partido para la selección japonesa del Football Frontier International el entrenador Hibiki realizó otra llamada telefónica: ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━ -Ha pasado mucho tiempo desde la última ve...