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M A C A R E N A

Buenos Aires, Argentina


-Segura que tenes todo?- Pregunto mi mamá asomando la cabeza por la puerta de mi habitación.

-Si ma, ya revise mil veces.- Respondi con pesadez pero aun asi, una sonrisita adornaba mi rostro.

La oí suspirar y se acercó a mi con los brazos abiertos para envolverme en ellos.

-Te amo hija, te voy a extrañar mucho.- Su voz comenzaba a sonar entrecortada, sabia que si seguiamos esi comenzaria a llorar otra vez.

-Yo tambien ma, pero sabes que voy a venir a visitarlos y ustedes pueden viajar alla.- Me separe de ella y seque las pocas lagrimas que habia soltado.- Con lo que voy a estar ganando les puedo pagar el viaje tranquilamente.

Quiso responder, pero como un milagro, apareció mi papá frente a nosotras.

-Perdon que las interrumpa chicas, pero ya viene siendo tiempo de irnos.

Me aleje completamente del cuerpo de mi madre y baje las valijas de mi cama. Ellos salieron de mi habitación rumbo al auto, dejandome sola en la que habia sido mi habitacion por varios años. Suspire, la repase con la mirada por ultima vez, apagué la luz y cerré la puerta.

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Estacionamos en las afueras del aeropuerto. Papá me alcanzó mis cosas y comenzamos a caminar al último lugar que visitaria en Argentina.

-Con lo que tardaste pensé que ya te habias arrepentido.- Escuche la voz de Luz, mi mejor amiga y fue inevitable no sonreir, la iba a estrañar mucho.

-Yo no hago esas cosas.- La jodi. Rió y se abalanzó sobre mi para abrazarme.

-Te voy a extrañar mucho, chancha.- Susurro desde el hueco de mi cuello.

-Yo mas mona.- Sobe su espalda.- Te voy a estar esperando eeeh.- Rio y se secó algunas lagrimas.

Me separé y vi a las pocas personas que nos rodeaban. No eran muchas, pero sin duda eran las más importantes de mi vida, los unicos que necesitaba ahí en ese momento.

-Suerte enana.- Escuché a mi hermano Gonzalo y sonrei antes de que me alzara del suelo en sus brazos.

-Yo mas grandote.- Le sonreí y me acerque a la pequeña personita que sostenia mi cuñada en brazos.

Sonrei enternecida estiró sus pequeños brazistos hacia mi.

-Hola bebé de la tia.- La llené de besos mientras escuchaba como chillaba de felicidad.- Te amo gordita.- La estrujé aun mas contra mi cuerpo.

-Suerte Maqui.- Agustina, la novia de mi hermano tomo a la pequeña en brazos.

-Gracias Agus.- La abracé tambien.

Por último quedaban mis papas. Algunas lagrimas rebeldes comenzaban a formarse en mis brazos y las obligué a quedarse ahi.

-Mi chiquita.- Fueron las palabras de mi papá quien ya estaba con los ojos critalizados.

𝚖𝚊𝚗𝚌𝚑𝚎𝚜𝚝𝚎𝚛 || Jualian AlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora