VIII

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El amor era la peor droga para Jimin, porque se había hecho adicto a ella.

Aquella droga le había consumido el alma con besos alucinantes y caricias dulces, hasta malgastar por completo su mente. El terminar su relación amorosa con Taehyung fue abstenerse de esa droga. El síndrome era aterrador y duro, porque empezó a llorar y temblar en medio de la crisis.

Nadie le había advertido de cuan peligrosa era la dependencia emocional, pero ya la estaba conociendo en sangre propia. Porque estaba teniendo un ataque de ansiedad en el Mercedes Benz de Jungkook. Su mente se nubló por la tristeza y la desesperación. Su cuerpo estaba sufriendo las consecuencias del sufrimiento de la ruptura.

No podía distinguir dónde se encontraban por la vista casi aturdida y desorientada. Sus pasos se volvieron temblorosos, pero Jungkook lo sostenía con delicadeza y cuidado. Sus manos eran su soporte físico. No solamente de esa manera, sino también emocional.

Porque cortar sus lazos emocionales con Taehyung lo dejó volando a la deriva.

El asalto emocional fue muy intenso, atacando cada parte de su alma. Todo parecía haber perdido sentido en ese momento. No era consciente de la realidad, pero se aferró a los brazos amorosos y seguros de Jungkook, haciéndole de su salvavidas.

Era su ancla a la más mínima esperanza de salir con vida de las consecuencias fatales de la ruptura.

A pesar de sentir que por dentro estaba muriendo, solamente debía respirar para soportar esa angustia punzante. Haría el intento de no romperse en más pedazos en el proceso de ver todos los sueños de amor diluyéndose.

Debía reconstruir su corazón trozo a trozo.

...

El trance emocional fue realmente angustiante. No supo cuánto tiempo estuvo mirando la luna por la ventana, entre lágrimas y temblores tirado en la cama desconocida. Aquella luna parecía estarle brindando consuelo por la tristeza horrible.

Su cuerpo se sobresaltó tras sentir varios pasos en la cama pisoteándole, incorporándose inmediatamente por la repentina presencia de cierto animalito enorme. El perro de Jeon Jungkook, el famoso Bam del que tanto presumía en sus redes sociales. El perro era muy amado por Jungkook.

Inesperadamente Bam se abalanzó sobre él para atacarlo con lamidas y olfateos de su parte, sacándole sonrisas sinceras y carcajadas genuinas. Era total desconocido en ese apartamento, pero Bam lo había recibido con amor.

Jungkook hizo presencia en la habitación, quedándose estático tras ver la escena.

—Mierda, Bam —dijo la voz de Jungkook, totalmente avergonzado por el comportamiento de su perro. Cuando se acercó a la cama para quitar a su perro del cuerpo de Jimin, Jimin lo detuvo entre risas.

—No, déjalo —le refutó, sosteniendo el cuerpo enorme de Bam entre sus brazos—. Está muy lindo

Jungkook alzó las manos a la defensiva, rindiéndose por la tierna escena entre perro y humano.

—Está bien —respondió—. Me alegra verte feliz con Bam.

Jimin le sonrió con dulzura.

—Tu perro es puro amor y ternura.

—Lo es, hasta que tienes que hacerte cargo de sus travesuras —le objetó.

Jimin se rió.

—Gracias por estar para mí en este momento —le dijo con sinceridad—. No sé qué hubiera sido de mí sin ti.

—No es nada, prometí ayudarte en esta situación. ¿Quieres hablar del tema?

Jimin dejó ir a Bam de sus brazos, asintiendo hacia Jungkook. La estrella de rock se acercó a él, sentándose en el lado derecho de la cama.

Getaway Car ; KookMin [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora