CAPITULO 11.- SENTIMIENTOS

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Este era mi primer beso, y fue con un demonio... Lo estaba abrazando, el me abrazaba. Sentí sus manos acariciar mi cintura, mis dedos se entrelazaban en su cabello, que sedoso era. Nos quedamos viendo unos minutos. No sabía que decir o que hacer, solo podía mirarlo.

Narra Sebastian

Quería hacerla mía, pero en su cara pude ver cierto temor, no cree que haya pasado. Ahora podía verla como mi igual y tratarla con familiaridad. Cuanto la amo... pero aun no es momento de decírselo.

Kei: Sebastian. –me soltó, puso sus manos contra la pared y ladeo su cara. Estaba avergonzada pero no tenía expresión alguna- sal yo puedo vestirme sola, encuentra que hacer

Sebastian: estas segura de que te quieres quedar sola –tome su cara y la gire hacia mí- yo puedo ayudarte, lo are con delicadeza –la verdad es que mis palabras tenían otro significado- No me quiero apartar de ti –le di un pequeño beso antes de que me apartara de ella-

Kei: Sebastian aléjate –esto era como una orden así que instantáneamente me aleje, esa era la fuerza de su palabra- esto... no quiero que vuel... -la interrumpí-

Sebastian: me iré, pero antes dime ¿has decidido quedarte porque te gusto el amo Ayato?

Kei: no digas tonterías, es mi deber averiguar quién es él y solo eso. Ahora, retírate.

Al oír eso mi corazón se alivió, digo si al menos tuviera un corazón supongo que se habría aliviado, pero mis celos esos si se calmaron entendí que él era un peón más. Salí de aquella habitación, no sabía que hacer así que decidí ir a la cocina y prepara un platillo para mi amada que vendría aparentando agradecimiento hacia Ayato por el hospedaje que nos daría.

Narra Kei

Yo me tire a la cama, estaba muy confundida, solo recordaba ese momento de repente tuve una sensación. Un recuerdo algo borroso vino a mi mente

"te amo, esto altera todo. Ahora no puedo hacer más que amarte"

El recuerdo termino con un beso.... ¿acaso yo ya lo había besado antes? No lose, pero este se sintió como mi primer beso. Él realmente me atraía. Paso un buen rato así que decidí bajar y buscar a Ayato para decirle que me quedaría unos días. Cuando abrí la puerta de la recamara ahí estaba él

Kei: ¿acaso es costumbre de mi señor espiar a sus invitados? –le dije en un tono de sarcasmo-

Ayato: no, acabo de llegar y estaba a punto de tocar. Lamento mi imprudencia, quizás la interrumpí. Vaya con todo respeto Kei-sama, ese vestido le sienta muy bien. Se ve espectacular.

Kei: gracias, Sebastian busco en el ropero y escogió este, creo que fue buena elección. Ayato-san será mejor que vallamos abajo, después de todo no es propio de una dama tener a un caballero en su habitación, o bien en la puerta. Por favor.

Estuvimos caminando por el jardín un rato, charlando de algunas tonterías

Kei: por cierto ¿a que fue a verme a la recamara? –Estaba un tanto curiosa-

Ayato: bueno subí porque viendo que usted viene de muy lejos. Pensaba en proponerle que se quedara aquí, hasta que terminara lo que vino a hacer.

Kei: usted cree que aceptaría tal propuesta indecorosa. Tenga en cuenta que apenas lo conozco –esto me vino como "anillo al dedo" de alguna manera me haría del rogar dándome una importancia y haciéndolo creer que él es un vulgar. Así mi imagen quedaría limpia- y no sería propio de mí quedarme en la mansión de un completo extraño

Ayato: no quiero que lo tome a mal my lady solo le ofrezco mi hogar como lugar de hospedaje. Quiero de alguna forma compensar mi falta de hace un momento. Además, esto serviría para conocernos bien – ¿que acaba de hacer? ¡Me guiño el ojo! – también usted está acompañada de ese mayordomo, no estaría sola.

Después de un rato accedí amablemente a quedarme unos días, esto me daría la oportunidad de investigarlo y si mis corazonadas eran ciertas el seria el culpable de la desaparición de esos niños.

Estaba haciéndose tarde y entramos de nuevo a la mansión. Al pasar por uno de los comedores vimos un extraordinario banquete, el comedor está realmente hermoso, la decoración, la mesa, los platillos y esos cubiertos platinados...Sebastian había preparado todo

Sebastian: por favor pasen –indico el camino hacia la mesa- amo Ayato, me he tomado el atrevimiento de preparar este banquete en muestra de agradecimiento, el haber dado ese vestido a mi Señora y el ofrecernos hospedaje.... Estoy realmente agradecido –idiota! Tenía ganas de gritarle, se supone que él no sabe que nos quedaremos aquí- por favor tomen asiento.

Ayato: por supuesto, ya antes te lo había dicho que es un honor para mí que tu ama este aquí

Ambos caminamos hacia la mesa Sebastian se posó detrás de una silla en la cual me sentaría, él es todo un caballero... y un demonio.... Esa tarde había sido algo extraña, no esperaba todo lo que había pasado. Después de terminar la cena subí a mi habitación y me recosté un momento en mi cama, estaba muy cansada y por un momento cerré ms ojos.

Narra Sebastian

Cuando ella subió, rápidamente termine de hacer la limpieza de la cena, cuando acabe fui lo más rápido que pude a verla y al entrar a la recamara ella estaba ahí, acostada parecía dormida. Me acerque cauteloso, ella miraba hacia el techo así que me incline de modo que nuestras caras quedaran encontradas y en el momento justo hubiera un choque de miradas

Sebastian: yo sé que estas despierta –susurre- no es fácil engañar a un demonio –reí un poco pero ella seguía sin abrir los ojos- Así que de verdad estas dormida, entonces, creo que como lo hiso el príncipe azul con la bella durmiente... te besare –yo me acerque lentamente para tocar sus labios pero la mano de ella bloqueo mi camino-

Kei: que es lo que quieres, Sebastian. Deberías estar buscando información acerca del sospechoso –lo único que pude lograr fue el choque de miradas, el beso tendría que esperar-

Sebastian: mi querida... eso ya lo he hecho, cuando tú estabas con él, yo aproveche para explorar la mansión....

Kei: ¿pero que es esto? ¿Acaso tienes permitido hablarme como tu igual? Tú el mayordomo endemoniado... ¿has olvidado tu lugar? –por un momento esas palabras fueron como una daga atravesando mi cuerpo, y se volvió más filosa con esa mirada fría que me daba , me aleje de ella, a pesar de ser un demonio, esto me afectaba-

Sebastian: lo lamento my Lady. No volverá a ocurrir.

Kei: eso espero... -su frialdad me cautiva, su indiferencia me mata, pero es por esas cosas que ella me tiene atrapado, yo el demonio que por tantos miles de año se dedicó a devorar almas, hoy me había inundado en el alma más apetecible que pueda encontrar, la quería devorar, hacerla mía, pero no quería dejarla de ver-

Sebastian: con la investigación que me pediste. Antes de preparar la cena di un vistazo a la mansión y encontré varios cuartos algo extraños, uno parece un cuarto de tortura. En otro hay instrumentos de cirugía y medicamentos. Los otros parecen celdas. Todos están en el sótano de tras de una puesta escondida. Si duda alguna el amo Ayato esconde algo...

Kei: ya veo, cuando todos estén durmiendo vuelve por mí, iré a investigar contigo

Narra Kei

Me quede sola nuevamente, creo que me porte altanera con Sebastian pero estoy tan confundida....

Kei: Sebastian, me gustas, te amo... -lo besaba y no solo. Acariciaba su espalda desnuda-

Sebastian: yo te amo aún más, no me importa que rompa con todas las leyes, un amor entre un humano y un demonio ahora es posible... te amo –él besaba suavemente mi cuello y entre cada beso y mordida de mi boca salían pequeños gemidos- te hare mía... me perteneces...

En ese momento alguien llamo a la puerta y desperté... Adelante, dije

Akuma no himitsum (El secreto de un demonio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora