"Pero también tengo que pedirte un favor. Bueno, es un favor bastante grande..." Veronica inclina la cabeza y levanta una ceja hacia mí.
"Está bien," dice ella con escepticismo. "Ponlo en mí, no podemos empeorar mucho desde aquí."
"¿Quieres ser mi n...
Antes de iniciar el capítulo quisiera comentarles que este es un fanfiction totalmente AU, se trata de Ana Gabriel una escritora de Artículos de una Universidad y Verónica Castro una maestra que por ciertas circunstancias tiene que ser barista de un café. Hay otros personajes que solo he tomado el nombre como Daniela y Alberto que son hermanos de Ana.
Así que sabiendo eso les deseo una Feliz Lectura.
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________________________________________________________________________________"Hola, Dani" Suspiro en el receptor de mi teléfono. Estaba empacando mi bolso apresuradamente para dejar el trabajo para el día en que ella llamó. Con la computadora portátil de mi trabajo guardada de manera segura, salgo del edificio de admisiones de la universidad local. Algunos de mis compañeros de trabajo se despiden cuando salgo del edificio.
"Ana, ¿estás ahí?" Dani, mi hermana mayor, hace preguntas a través del teléfono.
"Sí, sí, ya te dije hola." Digo moviendo mi bolso sobre mi hombro.
"Ana, no tengas esa actitud conmigo." Ruedo los ojos agradecida de que no pudiera verme.
Después de que nuestra madre falleció, ella asumió el papel de jefa en la casa, especialmente porque cree que para nuestro papá, la bebé, soy yo. Ella puede tomar las cosas demasiado en serio a veces, pero puede ser tan bromista como el resto de nosotros.
"Lo siento, ha sido un día largo en el trabajo," le digo mientras cruzo la calle principal del campus y me dirijo al estacionamiento del personal. "Recibí muchas críticas sobre el artículo del que estaba muy orgullosa; Fue solo un golpe bajo."
"Toma las críticas y vuélvete mejor, Ana" dice Dani con naturalidad. "Y no te desquites conmigo."
"Tú te desquitas conmigo también, sabes." Le respondo.
"Trabaja más duro y no recibirás críticas", dice Dani. "Sabes, papá, Alberto, y yo siempre estamos orgullosos de ti".
"Gracias". A pesar de estar dispersos por todo el estado, todos nos hemos apoyado mutuamente. Alberto y su novio, Sebastian acaban de regresar de un viaje de un año. Alberto se ha reincorporado a su trabajo, trabajando en una gran compañía de medios. "De todos modos, llamé por una razón", la voz de Dani rompe mis pensamientos cuando me instalo en el asiento del conductor de mi auto. Arrojo mis maletas sobre el asiento del pasajero y enciendo el motor. "¿Cuándo vas a venir a casa de papá para las vacaciones? Alberto y yo estaremos allí la próxima semana". Mi estómago se cae al mencionar las inminentes vacaciones. Ha pasado un tiempo desde que estuve en casa y rodeada de mi familia. Los amo más que a nada, pero tienden a tratarme como a una princesa frágil desde que Vicky murió.
"Um, puedo llegar a casa a mediados de la próxima semana", respondo pasándome los dedos por el pelo con ansiedad.
"¿Tu novia viene contigo?" Pregunta Dani. "Ustedes han estado juntas por casi un año y no nos has dicho nada sobre ella. Estamos empezando a pensar que ella no existe, y la inventaste después de la muerte de Vicky".
"Ella-ella existe", tartamudeé en el teléfono cogido desprevenida. "Tendré que preguntárselo a ella".
"¿Aún no has tenido esta conversación?", Dice sorprendida.
"Me refiero", me detengo a recoger mis pensamientos. "Ella estará allí, Daniela. Solo tengo que verificar la fecha en que iremos a la casa debido a su horario de trabajo ".
"Está bien, está bien, házmelo saber". Nos despedimos apresuradamente y me quedé en pánico en mi auto. Un gemido cae de mis labios y dejo caer mi cabeza en mi volante. La bocina suena por un momento prolongado antes de que levante mi cabeza hacia atrás con consternación.
Hace dos años, Vicky murió. Ella era la guía más brillante de mi vida. Cumplimos nuestro primer año de universidad en nuestro dormitorio. Ambas nos escondimos en la sala común de nuestro dormitorio, ninguna de las dos quería estar en nuestras habitaciones por un período prolongado de tiempo. Pasaron un par de semanas antes de que incluso habláramos entre nosotras. Y un par de meses antes nos convertimos en amigas. Cuanto más nos acercábamos, más sentía por ella. Al principio daba miedo, no era un sentimiento que había sentido por una mujer antes. Vicky tampoco. Pero las piezas encajaron tan fácilmente, tan rápido, que no lo adivinamos. Por un tiempo mantuvimos nuestra relación en secreto, no queriendo que ninguno de nuestros amigos o familiares lo supiera. Pero cuanto más tiempo estuvimos juntas, más me enamoré de ella, más sentí la necesidad de contarle al mundo.
Al final de nuestro primer año, habíamos salido con todos. La reacción no fue genial. Pero tampoco fue horrible. Tomó algún tiempo acostumbrarse a nuestras familias, especialmente. Finalmente, vieron lo felices que nos hacíamos la una a la otra, y eso fue suficiente para ellos. Ella era dulce y divertida e increíblemente inteligente. Teníamos el mismo oscuro sentido del humor que bordeaba la mezquindad y la autocrítica, pero nos entendíamos mutuamente. O al menos pensé que lo habíamos hecho.
Salimos todo a lo largo de la universidad. Hubo altibajos como cualquier relación, pero trabajamos a través de ellos. Estaba un montón de ansiedad tratando de demostrar mi valía para mí y mi familia, y Vicky, bueno ... ella hizo todo lo posible para ocultar su depresión. Intentó ocultármelo, pero después de casi un año de citas, yo misma lo había notado. Sus bromas eran siempre verdades a medias, y su salud mental no era tan saludable como alguna vez pensé. Pero la amaba, y nunca dejé de amarla por eso.
Nos mudamos juntas después de graduarnos, vivimos juntas durante casi un año. Se lo iba a proponer. Quería pasar el resto de mi vida amando a esta mujer increíblemente bella y generosa.
Excepto que la vida se interpuso en el camino de eso. O mejor dicho, la muerte.
No me di cuenta hasta qué punto estaba sufriendo Vicky. Hice todo lo posible para asegurarme de que ella supiera que yo estaba allí para ella, que siempre la ayudaría lo mejor que pueda. Ella estaba buscando ayuda con un terapeuta y tomando medicamentos.
Pero, en algún lugar del camino, ella había decidido que ya no quería pelear. Y estaba demasiado cegada por mi propio deseo de casarme con ella como para no verlo venir. Estaba tan arraigada en la planificación del compromiso perfecto que ignoraba el sufrimiento de Vicky. Eso fue hasta que volví a nuestro apartamento y la encontré muerta en un charco de su propia sangre. El resto es un borrón. Daniela se quedó conmigo durante un tiempo. Ella intentó levantarme de nuevo, ayudarme a levantarme. Comencé a beber mucho. Usándolo como cualquier medio para sentir algo, o nada. Para bloquear el recuerdo de tener el sangriento cuerpo de Vicky en mis brazos. No pude dormir Así que, bebí. Me quedé despierta hasta tarde y dormí en el sofá, así que no tuve que dormir en la cama que solía compartir con ella. Daniela y Alberto me ayudaron a mudarme del apartamento de Vicky.
