4. Hielo

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—Entonces.—concluyó mini Kook, tirando el último hueso de pollo que había mordisqueado al plato y sobándose la tripa satisfecho.—¿Esa es la historia de como nos hicimos los putos amos? Genial.

Jungkook rodó los ojos.

—¿Por qué pluralizas, inútil? Tú no eres famoso, NOSOTROS nos hicimos famosos. Tú aun duermes en literas.

Jimin le cogió de la mano tratando de tranquilizarle, aunque mini Kook no parecía muy afectado por sus palabras.

—Buenos, es mi futuro. Así que técnicamente...

—...Técnicamente.—le interrumpió Jungkook.—Cállate.

Mini Kook alzó las manos grasientas por el pollo en son de paz y se lanzó a por otra pieza que comer.

—Amor.—pidió Jimin de forma que solamente él lo oyese.—No pierdas los nervios. Estás siendo un poco duro, ¿No crees?

—¿Duro? Ese mocoso no ha conocido aun la vara del dolor.

Jimin rió quedamente y le besó la mejilla.

—Bueno.—dictaminó Jin.—Yo me voy a la cama. Estoy molido. Ya recogéis vosotros.

Namjoon se levantó tras él, riendo profundamente divertido. Señaló a Jungkook y Jimin con el dedo, mientras un discreto Hoseok desaparecía del comedor sin hacer ruido.

—Es jueves. Os toca a vosotros.—ambos soltaron un quejido lastimero.—Quiero la vajilla reluciente, ya sabéis como se pone Jinnie. ¡Hasta mañana!

La deprimida pareja echó un interrogativo vistazo a Taehyung y Yoongi, quienes aun no se levantaban de la mesa. ¿Iban a ayudarles? Yoongi, sintiéndose observado giró hasta encontrarse con sus ojos.

Cuando detectó la muda pregunta, se asustó y golpeó a Taehyung en el pecho para llamar su atención.

Este dejó de urgarse con el meñique entre los dientes para mirar mal a Yoon. Cuando este le señaló con  la cabeza que observase hacia la parte de la mesa donde residía la pareja lavaplatos, compuso la misma expresión asustada.

Pálido, se levantó, tirando de Yoongi en el proceso.

—Nosotros nos vamos, tenemos cosas que hacer.

Jimin entrecerró los ojos.

—¿Qué cosas?

Taehyung boqueó sin terminar de decir nada y acto seguido se volvió hacia Yoongi.

—Sí, Yoon. ¿Qué cosas?

Imbecil, pensó. Pero Yoon no era alguien facil de intimidar.

—Pues me ha llegado esta tarde un paquete de mi sex shop favorito y estoy deseando probar las esposas.

Los cuatro presentes ampliaron los ojos, guardando un silencio de estupor.

—¿En serio?—finalmente preguntó Jungkook, hastiado.

—¿En serio?—esta vez fue Taehyung, sonando mucho mas emocionado.

Yoongi asintió, lanzándole una enigmática sonrisa.

—También me he pedido unas bragas de encaje.

Y con ese último comentario, caminó lentamente hacia la salida, con Taehyung siguiéndole por detrás como un perro a su dueño, olvidando por completo cualquier mundano problema.

Jimin lanzó un suspiro, desanimado.

—Nosotros solos, entonces.

Jungkook miró a mini Kook con un brillo maquiavélico, mientras el menor seguía chupándose la grasa del pollo frito de los dedos, ajeno a cualquier maldad.

Un deseo ✨✨ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora