De enemigos a amantes (Versión Dioses)

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No estabas segura de si fuiste la primera en odiarlo o si él lo hizo primero, pero tenerlo frente a ti mirándote de la insultante manera en la que lo hacía en ese momento, te hacía rabiar

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No estabas segura de si fuiste la primera en odiarlo o si él lo hizo primero, pero tenerlo frente a ti mirándote de la insultante manera en la que lo hacía en ese momento, te hacía rabiar. Todo empezó como una simple rivalidad impuesta por Odín (quien también te odiaba), una valkiria defendiéndose de los insultos de los dioses, ¿cómo te atrevías a hacerlo? No eres nadie para los nórdicos, y es por eso que Odín le pidió a su hijo que se hiciese cargo de ti; te golpearía hasta cansarse, eso le serviría como un calentamiento o como mero entretenimiento, dependiendo de tu aguante. Pero, le hiciste poner los pies sobre la tierra cuando esquivaste el ataque de su martillo y lo sometiste contra el suelo; la planta de tu pie sobre su mejilla para que no pudiese escapar de tu agarre. 

—No me tomen por una mujer débil, malditos nórdicos. —exigirías en un gruñido cuando te observó, con dificultad, a los ojos—. Dile a tu padre que no tengo miedo de cruzar los puños con él. Si de verdad se considera la cabeza de Asgard, que al menos tenga el valor de enfrentar a la valkiria que lo desafió.

En un rápido movimiento, Thor tomó tu lugar, se colocó sobre ti y te apuntó con su mazo; sus dorados ojos con negras escleróticas no dejaban de verte; sonreíste con burla, de verdad disfrutaste la expresión de furia en su rostro pálido. Después de eso, sus enfrentamientos fueron más recurrentes, cada vez que te percatabas de su presencia o él de la tuya, se colocaban a la ofensiva; no importaba el momento o el lugar, sus puños golpeaban el rostro del otro hasta que no podían más, ustedes no eran de las personas que hablaban pestes a las espaldas del otro, sino que lo resolvían frente a frente. Sin embargo, siempre eran detenidos por Zeus o algún otro dios de rango alto, pues destruían todo a su paso con tal de atacar a su adversario.

El líquido que escupiste sobre el mármol del salón, le hizo teñirse de escarlata. Tu pecho subía y bajaba con rapidez mientras tu feroz mirada seguía sobre el pelirrojo que se encontraba igual de golpeado que tú.

—Realmente eres dura de matar, valkiria.

Rodaste los ojos, no te importaban sus halagos (o lo que sea que fuese eso), sólo querías terminar con su combate de una vez; así le demostrarías tu clara superioridad.

—Y tú eres un maldito dolor en el trasero, Thor.

No entendiste que sucedió. Seguías a la defensiva, en la espera del siguiente ataque de Thor con su Mjölnir, pero, en lugar de eso Thor se irguió en una pose más natural y relajada. Te observaba con un destello de incredulidad en su mirada, momentos después se cubrió los labios para ocultar la sonrisa que se asomaba en su rostro, te rascaste la nuca con confusión.

—¿Qué pasa?, ¿acaso te rindes?

Lo viste suspirar con fuerza, posteriormente se colocó el martillo sobre su hombro.

—Paremos aquí, no puedo asesinar a alguien que pronuncia mi nombre tan hermosamente.

Frunciste el ceño y no pudiste evitar gritarle.

Shuumatsu no Valkyrie ; ScenariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora