Capítulo dos

9 0 0
                                    

Desde aquella tarde en la taberna, los días se hicieron maravillosos para ambos jóvenes. Saliendo a escondidas de la familia Kim y Froilán que aún no se daba por vencido, se creía lo suficientemente capaz para enamorar al chico rubio, creyendo que Jeon ya se había cansado de él.

El alma no sabe callar lo que siente, a veces lo grita y otras lo susurra, pero siempre tiene algo qué contar.

La de Jungkook era cálida, llena de mágia en su interior que cautivaba a Taehyung por las noches. Un cosquilleo recorría sus manos cuando se daba prisa por llegar a la puerta y ver el sobre yaciendo en el suelo, se apresuraba a tomarlo y correr de nuevo a su habitación antes de ser descubierto. Al abrirlo, sabía que volvería a caer rendido ante los pies del escritor.

Contaba qué tal fue su día, las cosas que averiguó de otros lados y de sí mismo; era tierno ver cómo las simples palabras terminaban en rimas.

Taehyung le respondía tratando de escribir igual que él, pero simplemente no sabía cómo le hacía, se esforzaba demasiado y aún así no lucían cómo deseaba. Le confesó su preocupación y al poco tiempo recibió su respuesta.

<<"Si no rima, no es poesía". Basta de eso, querido mío, poesía es demostrar la belleza de algo, como tu nombre junto al mío o tus chistes sin sentido. Tu dulce voz hace poesía al salir de los labios que tanto deseo probar y tus palabras son sufientes para hacer mi corazón volver a palpitar>>.

Jungkook lo hacía ver sencillo, quizás así era él. Sencillo con un corazón desbordando de amor y la única forma en la que logró sacar su sentir, era esa.

<<Quiero verte>>.

Y al siguiente día estaban sentados debajo de un roble, riendo y hablando.

—Froilán sigue yendo a mi hogar, mi padre habla más seguido con él y me da miedo —Jungkook escuchaba en silencio—. Anoche llegó con una enorme cantidad de monedas y más rosas. ¡Soy alérgico a ellas!

El contrario sabía lo que su amigo trataba de hacer, Morgana le había contado que Froilán buscaba la aceptación del padre de Taehyung mediante el dinero. Le entregaba joyas que ninguno de los dos sabía de dónde las conseguía, pues eran bastante costosas.

—Lo lamento —y guardó silencio.

—¿Lo lamentas?, ¿Solo eso dirás? —Taehyung creyó que algo más sabio saldría de él.

Jungkook asintió.

—No podemos hacer que su corazón deje de luchar por ti. Tiene bastante dinero para ofrecerte, tendrás una vida digna.

—¡Pero yo no quiero estar con él! Quiero quedarme contigo —confesó entristecido.

—Y yo quiero que te quedes a mi lado, pero querido mío, sabemos cómo funcionan las cosas con la alta nobleza.

Taehyung se puso de pie y se marchó del lugar. Jungkook no lo detuvo, los dos necesitaban tiempo a solas.

...

—¡Gran amiga Morgana! —saludó entrando a la taberna— y... —aclaró su garganta para disimular su enojo—, gran amigo Froilán.

—Llegaste justo a tiempo —dijo Froilán—. Por favor, no lo estropees esta vez, Jungkook.

—¡Claro!... ¿Estropear qué cosa?

Los clientes comenzaron a entrar saludando a todos. El ambiente se volvió ruidoso, en especial cuando Jungkook comenzó a hacer su trabajo.

No era lo mismo de siempre, había algo distinto entre las mesas. Aprovechó para subirse a una, patear un tarro casi vacío para darle más emoción y revisar sus costados, pero no encontró nada. Quizás solo eran los nervios de ver a Taehyung entrar, recibir otra flor y volver a beber unos tragos con él, ante la presencia de Froilán. Tenía miedo, pero alguien debía dejarle en claro que él había ganado.

My You | [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora