– Espera, no entiendo – Hablo Mitsuya dudando del furro, no podía confiar en él después de todo lo que había hecho.– Pero si es algo fácil de entender. Solo quiero que me acompañéis a conseguir ropa, la vieja ya no la puedo llevar… – Se dirigió a las tres personas que tenía enfrente, el morado, el pelo pantene y el llorón. Se habían reunido en el parque porque el chico medio gato los había llamado pidiendo ayuda.
– Eso es aburrido, no quiero. – Dijo el pirómano antes de irse sin dejar que se quejara.
Mentalmente el de la fursona de gato se recordó a sí mismo que lo castigaría, aunque aquello debería de esperar.
– Ugh… por favor… – El furro ya desesperado se puso en posición de rezar mientras les hacía ojitos.
– No es que tenga buenos recuerdos de estar contigo, pero esta vez es algo normal así que me apunto. – Se encogió de hombros para luego seguir hablando – Aunque no entiendo para que te servirá Takemichi, su sentido de la moda no es el mejor…
El mencionado lo miro con cara de dolido.
– Lo confirmo, pero es mi única opción. Nadie quiere ser el señuelo…
– ¿Señuelo? – Confundido preguntó el rubio.
– ¿Acaso no ves que los mayores estamos hablando? Callate y vete a los columpios, ya te llamaré cuando seas útil. – Lo empujó a los columpios, quedándose a solas con una de sus presa- ejem, candidatos de su lista.
Mitsuya había empezado a pensar que nada bueno saldría de allí, sentía el peligro.
– ¿Sabes qué? Lo he pensado mejor y no tengo tiempo. – Intentó marcharse, siendo agarrado por el furro.
– ¿Qué te tiene ocupado? Aparte, ya me habías dicho que si…
– E-emm… ¡Mikey!
– ¿Qué tiene que ver él?
– Mikey me llamó, así que no podría ir contigo aunque quisiera. – Dijo lo primero que se le vino a la cabeza, logrando escapar del agarre de gata rabiosa del contrario.
El furro solo lo vio alejarse.
– Así que es culpa de Mikey... – Pensó en voz alta, odiando todavía más al enano. Lo quitaria de su lista de papuchos, ni siquiera se le ocurría una razón por la que lo había añadido, seguramente estaba borracho, fumado, drogado o las tres a la vez.
– Todo es culpa de Mikey. – Habló una voz a sus espaldas.
Se giró, encontrándose con uno de los chicos más sexis que había visto en su vida.
¿Por qué cada vez que cambiaba el primer lugar en su lista aparecía alguien mejor?
No lo malentiendan, su fantasía seguían siendo los gemelos, pero el adolescente que tenía delante era comible.– ¿Quién eres? ¿Cómo conoces a Mikey? – Habló su nuevo material de paj- digo, su nuevo futuro “amigo”, rompiendo el silencio que se había creado mientras el furro se lo comía con la mirada.
– Relaja la raja chaval, ¿quién eres tú?
– Hanemiya Kazutora…
– Déjeme decirle algo Cazo-san, usted está muy bueno. Pégame.
– ¿Qué?
– Nada, puede llamarme Gata asquerosa. Así me llama el enano de mierda con fursona de ratón. – Hizo una reverencia exagerada presentándose.
El de Canarias solo se quedó en silencio.
Por otro lado, un rubio llorón (que anteriormente se encontraba columpiándose de espaldas a donde ocurria toda la escena por estar enfadado) se giró, sorprendiendose al ver al asesino del hermano del Maiki hablando con el furro.
Se levantó agresivamente y se acercó a ellos.– Eh… ¿Q-qué haces aquí Kazutora?
El furro se giró a mirarlo enfadado.
– ¿Por que mierdas hablas como un puto uwu-cat femboy que se cree adorable y quiere un harem de semes gangsers posesivos y toxicos que tengan una mafia y sean ricos?
– … – El llorón no sabía qué hacer – ¿Vamos por la ropa…?
– Bueno, el bananas se viene con nosotros. Si solo te tengo a ti todo acabara mal, así que ya le explique lo que hay que hacer. Vamos.
Todos empezaron a caminar, el único que no sabía lo que se le venía encima era el rubio.
Pobre.[...]
– ¿Cómo acabaron aquí otra vez?
– Eso tendría que preguntar yo, ¿no que no tenías tiempo para venir conmigo? Encima de que me mientes, tu y Baji van a quemar autos sin mi. Me siento traicionado.
– ¡No es verdad! Yo estaba quemando autos solo, Mitsuya solo se acopló luego de un rato y me empezó a regañar. – Intentó excusarse el bajito.
El contexto era este: Baji, Mitsuya, Kazutora, Takemichi y el furro estaban en una celda.
El pelo pantene y el responsable no tan responsable por quemar autos, los otros tres estaban allí por otra razón.– Le intentamos robar una camiseta a un tipo que pasaba por la calle, luego de haber conseguido una chaqueta, unos pantalones, unas Nike falsas y una mini falda.-- Explico el tubos locos.
– ¡¿Yo que sabía que el gordo era policía?! ¡Solo quería la camiseta del Minecraft! – Se defendió el de la sudadera.
– Pero- ¿No que ibais a comprar ropa? – Preguntó un shockeado Mitsuya.
– ¿Comprar? Yo solo te dije que “conseguiriamos” ropa, ¿acaso me ves cara de ciudadano ejemplar que va al Corte Inglés a comprar ropa? No señor, y todo ha sido culpa de este inutil. – Señaló al tacos de michi.
– ¿Por qué es mi culpa? – Se ofendió Bakamichi.
– Porque no hiciste bien tu parte. – Habló otra vez el Cazotora.
– Eso. – Le dio la razón el simp de papuchos.
– ¿Cómo queréis que me quedara distrayendolo?
– Eso ya era cosa tuya, por tu culpa me he quedado sin camiseta. ¿Ahora que voy a llevar?
– ¿Y tus otras camisas? – Mitsuya se dio cuenta justo después de preguntar que no tenía que haberlo hecho.
– Llenas de sangre.
– ¿Por qu– Esta vez el morado se interrumpió a sí mismo, no quería saber la respuesta.
Así fue como Mitsuya aprendió que el furro era un caso perdido y nunca debería tener esperanzas de que hiciera algo normal.
Otro día educativo para los adolescentes sin padres.
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●Furry● [Male!Reader x Tokyo Revengers]
FanfictionUn chico con fursona de gato conoce a una banda de pandilleros. ¿Que podria salir mal? Spoiler: TODO - NO viajes en el tiempo - BL? (Boys Love) - Rayito Male - No seguira el orden del anime/manga - Sinichiro muerto :'( - Baji vivo :D