Las náuseas matutinas no habían sido un inconveniente antes de que se enterara que estaba esperando un bebé. No fue hasta entrado su segundo mes que estas aparecieron y le hicieron en más de una ocasión que regresar lo que fuera que hubiera comida con anterioridad.
Lo único que le alegra de eso fue que empezaran después de que se mudara al departamento de Choso. Y sinceramente, no puede imaginar una rutina diferente a la que el mayor lo ha acostumbrado. De haber seguido en su casa, si es que su padre lo hubiera dejado, no habría habido alguien que se preocupara en sostener su cabello, acariciara su espalda mientras las arcadas paraban, ni con quien reír por lo asqueroso pero dulce que era quisiera besarlo cuando intentaba limpiar su rostro.
Ni siquiera tendrían esas pequeñas conversaciones que le ayudan a olvidar el malestar. Simplemente hubiera sido tan solitario.
— Tu hijo me odia — dice una vez las arcadas se han detenido y solo queda el dolor como prueba de que existieron. — De todas las cosas tenía que ser el café...
— Bueno, el reducir tu consumo de cafeína como lo índico la doctora Ieri no será un problema. — Noritoshi lo mira mal por un segundo antes de tomar fuerza para levantarse e ir a limpiarse la cara.
Unos días antes habían decidido que Ieri Shoko fuera la encargada de llevar todo lo referente a su embarazo. Entre las primeras indicaciones que dio fue el suspender el café durante el embarazo para evitar problemas. Cosa a la que Kamo no estuvo muy de acuerdo, intentando convencer a Choso que sus días como adicto al café se fueron con la universidad y que podía limitarse, cosa que no le creyó del todo temiendo tuviera que vigilarlo. Pero por una mera coincidencia el café entro a la lista de cosas que no tolera por el momento.
— Intenta no verte tan feliz — advierte, mirando desde el espejo como sonríe, sabe que esto es justo lo que quería. Ya antes su alto consumo de cafeína había sido tema de discusión — ¿sabes que eso significa que tampoco podrás tomarlo tú, no? El olor que desprende la cafetera inunda todo el departamento.
— Puedo hacer ese sacrificio por mi bella nena y su papi — responde mientras se acerca y abraza a su novio por detrás. Acariciando su vientre, el cual apenas y ha crecido de tamaño.
— ¿Cómo sabes que será una niña? — Choso se encoge de hombros, apoyando su mentón en el espacio entre el cuello y el hombro de Kamo.
— No lo sé, solo pensé que sería lindo tener una tierna niña que se parezca a ti dando vueltas por la casa.
— Pensé querrías un niño.
— Claro, pero eso puede esperar para un segundo hijo — Kamo le da un ligero golpe con su codo a modo de regaño — ¿Qué?
— Aun no salimos de esta y ya estás hablando de otro — su voz sonaba más divertida que molesta. Eso para Choso era una tal vez.
— Hay que dejar las cosas claras desde un inicio, ¿no fue lo que me dijiste cuando comenzamos a salir? — recordó Choso, aun sin soltarlo y besando su hombro.
Noritoshi rueda los ojos, e intenta esconder la sonrisa en su rostro. Gracias al cielo no cumplió aquello de "será solo durante la preparatoria", se hubiera perdido de muchas cosas de ser así. Quizás le hubiera gustado perderse de las náuseas matutinas, pero no de todos los pequeños momentos que se generan por ellas.
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THA'S HOW OUR FAMILY STARTED {Agosto de mpreg}
FanfictionNo lo planearon de ninguna manera, pero eso no hacia a ese pequeño bebé en camino menos amado.