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Pantalone_

Me dolía la cabeza. No recordaba nada de la otra noche y sentía el cuerpo cansado, quería abrir los ojos pero a la vez se mezclaba con un sentimiento de pereza. Puse la palma de mi mano sobre el rostro, presionando la sien, no conseguía recordar nada pero me preocupa el hecho de estar desnudo en una cama que no conozco. Sabía que no estaba en el hotel.

Apunto de levantarme para ir al baño una mano me detuvo.

- ¿A dónde te cres qué vas? -preguntó el contrario.

9 horas antes

Aproximadamente hace un par de semanas me enviaron una invitación a la despedida que una compañera, Signora, a quien trasladaban a otra área de trabajo gracias a buenas colaboraciones y acciones importantes para la empresa. En un principio iba a ir porque también asistían dos buenas amigas, Columbia y Alrecchino, pero últimamente me estuve llevando bien con un compañero que meses atrás pensaba que tenía un trastorno en la cabeza.

Únicamente tenía esperanzas de que no hubiera un accidente si alguno de estos de ponía borracho, en especial Tartaglia, a veces de le iba la cabeza a otro planeta cuando bebía en exceso.

Cuando llegué al hotel me paré enfrente de la entrada y giré la cabeza, la luna llena alumbraba toda la calle, dejando un ambiente frío por la oscuridad. Sin más entretenimientos entré al hotel, donde me esperaba en la recepción una chica para guardarme el abrigo en el armario.

- Buenas noches señor -mantenía la cabeza baja y los ojos cerrados en forma de saludo- Permíteme -se acercó a mí y le extendí el abrigo- Mi compañero te guiará hasta el salón.

Y así fue, dejé que un sirviente del local me guiara en donde estaban los demás compañeros de trabajo, no tenía ilusiones de ir, pero era para dar buen margen de mí mismo.

- ¡Pantalone! -sonaba un voz tranquila dirigiéndose hacia mi. Suponía que era Columbina acompañada de Alrecchino.

Me acerqué también un poco a ellas para que se dieran la idea de que las había escuchado. Nos quedamos hablando las tres pacíficamente, estábamos cerca de la mesa de los postres, bebiendo unas copas de vino blanco especial del hotel. A medida que la noche avanzaba el ambiente subía, mi cabeza daba vueltas y estaba agobiado, ¿Cuánto habré bebido? No lo sé. Subí a una de las plantas altas, las habitaciones tenían grandes terrazas, las vistas a la ciudad eran increíbles, a lo lejos se podían contemplar algunas montañas nevadas, desearía estar ahí.

- Joder si se habrán gastado moras en esta fiesta -dio un leve suspiro

-

Una plata más arriba de dónde se encontraba el azabache se encontraba la azotea, donde se escuchaba una voz y sonidos de agua, en la última planta había una gran piscina, Pantalone podía reconocer la voz de quién hablaba solo. No había ascensor al que subir, pero sí unas escaleras. No estaban muy iluminadas pero a medida que se acercaba al final se podía apreciar la luz que ambientaba la piscina se veía reflejada en el pasillo, el olor a producto químico se hacía algo notorio.

Una vez ya dentro en la azotea Pantalone hizo que su vista se alegrase por tal imagen que contemplaba, que quedó embobado viéndolo.

Dottore tumbado en el suelo contemplando las estrellas mojándose solamente los pies en la piscina, tenía los ojos iluminados y no parecía que estuviera hablando solo -estaba en llamada con otra persona- pero entonces dejó de hablar y alejó su teléfono, le vio.

- Perdona luego hablamos -colgó la llamada- ¿No te dijeron que está mal espiar a los demás? -le preguntó al de gafas.

- No te estaba espiando, solo me quedé viendo las vistas -no sabía que excusa poner, se había quedado ahí parado viendo como este emanaba un brillo desde su alma interior, igual exageraba sus pensamientos pero iba ebrio.

- Ya sé que mi hermosura es inigualable pero vas a tener que pagar por esto.

- ¿Pagar? -preguntó mientras se acercaba al borde de la piscina junto a él.

- Sí, pagar -realmente no sabía que proponerle, su cabeza estaba algo mareada, entonces una idea hizo razón de su sonrisa traviesa- Hace mucha calor, ¿No crees?

- ¿A qué viene esa pregunta? Estamos casi en navid- -antes de poder acabar la frase, dos manos le tiraron cara a la piscina. Estaba fría, muy fría.

Mientras uno se recuperaba del movimiento brusco el otro no paraba de reír aún estando seco, eso le dio una idea al azabache.

- No te rías y ven aquí -quería cogerlo y tirarlo al agua para que se congelara también, quería vengarse y eso hizo. Cogió a Dottore por un pié y lo llevó tras él- No te escaparás de esto.

Dottore_

No se en que momento fue, o cómo pasó, pero me gustaba esta sensación de calidez. Hacía tiempo no me lo pasaba bien. No me esperaba que un Pantalone ebrio fuera tan animado, pero me estaba haciendo pasar un mejor rato que cualquier otra persona, igual hasta lo podría comprar con mi emoción en los experimentos, pero no me gustaba creer que algo tan distinto a eso me hacía reír... De una forma no siniestra.

Intentaba no mojarme mucho pero ahora no se podía evitar, me había cogido del pie para tirar y caer dentro pero me aferré al borde para no caer por completo.

- No me vas a mojar tan fácilmente.

Giré el cuello para ver donde estaba Pantalone, lo vi muy cerca detrás de mí, su mano pasó por mi antebrazo acabando en mi pecho mientras que la otra se posó en mis caderas, se acercó a mi oído.

- Pues para mí ya estás muy mojado -le susurró suavemente, a lo que Dottore se estremeció.

- O-oye... No cre- -su frase fue interrumpida por la aparición de Tartaglia, quien los buscaba a los dos. Antes de que ella se diera cuenta de la posición en la que estaban Pantalone se separó rápidamente, estaba algo avergonzado.

- Oh emm... ¿Interrumpo algo? -pregunta a la que los dos negaron algo nerviosos- Bueno.... Venía a avisaros de que la cena iba a estar pronto.

No sabía en qué clase de hotel se cenaba a las 12 de la noche pero no sé si estar molesto o agradecido, solamente estaba confuso. Tartaglia desapareció de la azotea con el mismo sigilo que apareció en ella.

Realmente me había quedado con las ganas de que pasase algo más, pero ya será en otra ocasión si es que pasa. Pero entonces noté como Pantalone me giraba por completo a mirarle y me acorraló contra el borde de la piscina ¿Por qué hacía esto?

Pantalone_

¿Por qué hacía esto? No lo sé pero tenía ganas, tenía ganas de besarle ahora mismo y no me podía aguantar, seguramente me odie por esto pero podría excusarme del alcohol...

-

Un beso se convirtió en dos, dos en tres... Y así muchas veces, poco a poco los besos se iban intensificando y duraban más, hasta quedarse sin oxígeno, tanto el peli azul como el azabache querían estar cerca en este momento sin importar qué.

<*•♡•*>

Muchas gracias por leer hasta aquí, realmente no sé si subiré un próximo capítulo y se me hace extraño que lo vaya a publicar porque no lo tenía previsto.

Antes de subir otro capítulo lo más probable es que tenga que acabar antes un cuadro y una cosa que me pidieron de clase ༎ຶ‿༎ຶ
Chauu<3

Our Horrible Love [Pantalone x Dottore]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora