HAMBRE

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Ya no tengo hambre. El ballet me deja flotar como si fuera ligera como una pluma. Doy una pirueta y realizo mi set de pasos perfectamente. Siento como mi alma esta vacía pero vacía de todo, tristeza y alegría. No hay nada. Me elevo en brazos de mi compañero y me siento un pájaro volando. Surco los cielos como un patito feo que dejó de comer y consiguió elevarse y surcar los cielos. Mis latidos son lentos, pero mi técnica es perfecta. Eso era lo que necesitaba volar. No soy cruel, soy delicada, soy un pajarito que ha evolucionado. Mi cuerpo esta en una camilla de hospital tratando de ser reanimado, pero mi alma esta bailando conmigo al son de la canción "Anorexia", una dolorosa expresión de piano. Floto y vuelvo a realizar los pasos. En mi burbuja soy feliz. ¿Quién necesita un saco de carne y huesos teniendo alas? La anorexia me da alas, y vuelo a donde quiero, porque la anorexia me da el control. Eso era lo que necesitaba: CONTROL.

No puedo controlar el mundo a mi alrededor pero puedo controlar mi cuerpo y lo que lo alimenta.

Pero aquí es donde todo el mundo se equivoca; no me da energía la comida, me da energía el ballet. Completar mi set de pasos me alimenta, alimenta mi alma. ¿Qué hay mas importante que alimentar el alma? Es mas liberador que encerrar mi talento en este saco de carne que llamo mi cuerpo. Por qué mi alma me define, no mi carne y huesos. Soy ligera, tengo alas, la anorexia me las ha dado. Puedo volar.

Stars In My ScarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora