Prólogo

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Los monstruos son reales, los fantasmas son reales también, viven dentro de nosotros y a veces, ellos ganan.


Constantemente, tengo esos sueños que me hacen despertar en la noche sudando y preocupado. Soy yo en un gran cuarto oscuro, mis manos llenas de sangre y puedo visualizar la silueta de un hombre delgado y de altura mediana. No puedo reconocerlo, pero me atormenta demasiado en mis sueños. Puedo escuchar su voz gritándome —¡Jungkook, aquí estoy!— y otras veces llora y me pide que pare, pero no sé exactamente lo que estoy haciendo. De alguna manera en mis sueños, cuando escucho su voz, mi corazón se siente menos acelerado y también algo en mi cabeza me hace sentir enojado. Todas esas imágenes las tengo grabadas en mi cabeza y el deseó de saber qué pasa después o antes de esa escena me carcome día con día.


—Jungkook ayúdame— escuche la voz nuevamente y aun así voltee a verlo, su rostro nunca es claro.

— ¿Quién eres?— Me animo a preguntar tratando de buscar respuestas en mis sueños.

—¿No me reconoces?— pude escuchar su voz triste, tal vez espera algo de mí. — No lo hagas, tú me amas, solo ámame, no lo hagas, ámame, solo eso, pero por favor para— Esas palabras las escucho por cada rincón de mi cabeza y no puedo pensar con claridad, se siente tan mal y duele, esas palabras golpean fuertemente mi cabeza tan fuerte que siento que sangra.


—Jungkook... Jungkook— Por fin despierto y puedo ver el rostro preocupado de mi prometida que estuvo tratando de despertarme porque claramente había notado que tenía nuevamente pesadillas. Pero para mí es lo mismo, no sé qué pasa realmente, tal vez le estoy dando mucha importancia a unos sueños sin sentido.

—Buenos días, ¿No tienes que ir al trabajo?— Pregunte ya un poco más tranquilo, mientras me levantaba de la cama y me ponía mis chanclas para ir directamente al baño.

—Si voy para allá, solo quería pasar a dejarte el desayuno. Me dijo Namjoon que no estás desayunando bien por el trabajo—Dijo mientras me dejo algunas bolsas con comida en la mesa del cuarto.—Por cierto... deberías ir al doctor para que te dé unas pastillas para dormir. Sigues teniendo pesadillas y por eso no descansas bien— sé que se preocupa, pero no tengo tiempo para esas cosas. Estoy al mando de la empresa de comida de mi padre, estamos planeando una boda y ya no me queda tiempo para vivir.

—Si eso haré, ve con cuidado— fue lo último que le dije antes de dejarle un pequeño beso en los labios, marcando su despedida para que ella se fuera a trabajar.


Me di una ducha rápida y para ser sincero Joy tiene razón, siento mi cuerpo muy cansado y parece que no descanso, pero eso nadie puede saberlo. Tengo la vida perfecta con la comprometida perfecta, no pude encontrar mejor compañera de amor que ella.

Es sábado por la mañana y después de desayunar voy camino al trabajo, pero antes de eso necesito un café para aguantar el día, pedí nada fuera de lo común, un iced americano con doble expreso y como es costumbre todas las mañanas cualquier cafetería está repleta de gente así que esperar es unas de mis virtudes.

—Jimin su café está listo— Por alguna razón no podía dejar de ver a ese hombre con traje y un maletín que se acercó a la barra por su pedido mientras le guiñaba el ojo a las meseras de ese lugar. Creo que se cree un galán.

—Mi café es iced americano con doble expreso— me dijo antes de salir de aquel lugar, tal vez pensó que lo miraba por el café. Pero raramente pedimos lo mismo.





En unos días subiré lo que es el capítulo uno, por favor tengan paciencia... me esforzaré mucho para dar buenos resultado.

Esta historia es ficción y con el trascurso de como avanza la historia tal vez habrá escenas con warning.

No olviden votar y comentar, a veces no me dan ganas de escribir por el hecho de que siento que nadie lo lee o no les gusta lo que escribí.

Manténganse saludables, nos vemos.

-Jojo


Sweet revenge [KOOKMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora