Sweet revenge [KOOKMIN]

Capitulo 3

—Jungkook ya viene para acá — hablo con temor la señora pelirroja.

Mientras que el señor estaba furioso, movía y sacaba papeles de todos lados tan desesperado que el enojo no lo dejaba concentrarse del todo.

—Esto es tu culpa— la señalaba molesto y mostrándole unos ojos llenos de furia.

—¿M-mi culpa? — hablaba sorprendida y temerosa.

—Siempre has criado unos hijos buenos para nada, tu único trabajo y ni eso pudiste hacerlo bien—Avanzo hasta donde se encontraba y la jalo del cabello tirándola sobre un sofá que se encontraba cerca.

Mientras la señora solo lloraba y mantenía su mano en su cabeza donde recibió dicho tirón, miraba al piso con vergüenza y enojo, pero no podía hacer nada. Su esposo, el amor de su vida, siempre había hecho ese tipo de cosas y así lo acepto. Tal vez si es su culpa, él nunca la hizo trabajar, ni le dio problemas de dinero, tal vez ese es el precio de la comodidad.

—¿Qué pasa padre?— llego Jungkook apresurado, ya que su mamá le había dicho que era algo importante.

Pero su padre solo se acercó a él a darle una gran bofetada— Te confié la empresa y acaba de llamar uno de los inversionistas más grandes que tenemos, que ya no lo será más y ¿sabes por qué?— hablaba enojado e intimidando a su hijo

Jungkook solo miraba al suelo, realmente no sabía qué había sucedido, pero que su padre estuviera de esa manera no era buena señal, estando ahí y girando un poco su cabeza a un costado pudo ver a su mamá llorando en silencio un poco despeinada y sentía culpa de verla de esa manera.

—¿Podría decirme con exactitud que paso?— preguntaba sin mirarlo al rostro.

—¿En serio no puedes recordar ni tu estúpido error?— alzo su mano para poder dar otro golpe, pero su mamá le detuvo la mano de aquel hombre tan enojado que la miro con furia y la empujo sobre el piso.

— No le pegues— hablaba lloriqueando un poco.

Y exactamente esa frase lo hizo recordar cuando era más pequeño y aún vivía en casas de sus papás.

Podía ver a su mamá feliz y alegre todo el día mientras su padre estaba trabajando, pero al caer la noche todo en la casa se tornaba oscuro. Todos sabían la razón, su padre llegaba mal humorado y cualquier cosa le molestaba, si la sopa es muy caliente, si el guisado está un poco salado, si había algunos juguetes tirados por ahí. Y se terminaba desquitando con mamá, aun así fuera mi error. Pero lo único que podía hacer era distraer a mi hermana, ponerla a escuchar música, mientras yo fingía que no escuchaba a mi mamá gritar de dolor. Yo sentía una desesperación por querer quitarle ese dolor, pero mi miedo nunca me dejo hacer nada, ni antes ni ahora. Mi mami siempre decía "Compréndelo la vida de un adulto no es fácil" Claramente nunca entendí esa frase hasta el día de hoy que soy uno. Aun así nunca he entendido la razón de que mi padre sea de esa manera, no hay razón alguna para dañar a las personas que amas. Tal vez me hace falta comprenderlo un poco más.

Todo el temor a decepcionar a mi padre cayó un jueves por la tarde, estaba entusiasmado por regresar a mi casa para contarle a mi mamá que había obtenido el segundo lugar en el cuadro de honor por mis calificaciones casi perfectas, pero al llegar a casa estaba mi padre, al parecer había salido temprano del trabajo lo cual para mí era genial, así podía contarle a ambos, sin embargo, mi padre me miro enojado y me pregunto: —¿Quién fue el primer lugar?— esa pregunta me confundió un poco, ¿Para qué quería saber eso? Y a mi madre se le borró la sonrisa de la cara cuando escucho a mi papá.

—Jisso, Kim Jisso— conteste y en lugar de recibir el abrazo que me imagine toda la mañana, recibí una bofetada que de lo fuerte que fue no me permitió ir a la escuela una semana hasta que se pasara la marca.